Ayuntamiento de La Solana |
El primer ataque le sobrevino mientras sesteaba junto a Rita, fue muy breve, algo parecido a un pinchazo, pero no le pasó desapercibido; ella le miraba algo turbada, él sonrió ampliamente y le musitó un te quiero sincero. Al día siguiente mandó reunir a sus hijos y nueras, a excepción de Mercedes, que se haría cargo de la clientela y de los empleados, como ya había ocurrido en otras ocasiones; ella sólo quería saber como estaba su Javier y era María quien le informaba, en tiempo real, del estado del herido, que permanecía estable dentro de la gravedad; al quedar sola, la reunión era en “Zagala II”, trató de compartir su sentimiento con el del resto de aquellos empleados que se habían quedado sin líder, sin darse cuenta se encontró siendo abrazada por la muchacha de las tetas grandes que su Javier magreaba, y hasta penetraba, pero solo un poco, en vez de guardarle ausencia, algo que ella desconocía, el llanto de la muchacha parecía sentido, y es que Javier, además de excitarla muchísimo, le hacía reír todavía más, algo de lo que su novio era incapaz; ella con las simples puntadas de Javier ya se mojaba y se iba hasta el cielo, mientras él se terminaba aferrado a su muslo, siempre el derecho.