Luz de Gas - Zaragoza 2023
Iglesia de Santa María del Mar en el puerto de Valencia
La boda se celebró el 25 de Noviembre de 1970; el matrimonio se rompió el 7 de Enero de 1986, y las dos hijas quedaron bajo la custodia de la madre, en el domicilio familiar de Euskadi; resulta obvio que la profesión de nuestro editor, Capitán de la Marina Mercante, y su ansia de aventura y libertad, no contribuyeron al mantenimiento del vínculo; así lo ha reconocido siempre MLFA. Todos los años celebra la efemérides; esta comienza la víspera, en la vigilia, y culmina el mismo día 25. La fiesta se repite el 1 de Diciembre, celebración del cumpleaños de la madre de sus hijas, mujer a la que sigue queriendo y admirando. Como en tantos órdenes de su intensa vida; MLFA fue pionero entre sus amigos y familiares al separarse (su esposa rechazó divorciarse) y reconocer que el matrimonio judeo-cristiano estaba muy cuestionado, al menos por él mismo. La convivencia sexual es tan breve que resulta pasmosa, fenece a los tres años de iniciada la relación (con una expectativa de vida matrimonial no inferior a 50/60 años); la admiración mutua no se considera un valor intrínseco y duradero; la intromisión de las familias (padres y suegros) es nefasta; y el ansia por superar niveles económicos y sociales resulta castrante para la vida íntima de pareja. Tampoco existe interés por aunar gustos culturales y sociales; en definitiva, para MLFA la libertad es más importante que la convivencia pactada y bendecida. En la hora de la vejez las parejas unidas por el matrimonio se profesan indiferencia y desinterés, salvo en lo que afecta a las finanzas, domésticas e inversoras, y un odio ciertamente cordial; aclaro que el autor de esta tesis es el propio MLFA, no una servidora.
A los 75 años nuestro editor reconoce que la decisión fue la más acertada a pesar del dolor causado
(Tras varias relaciones sentimentales MLFA vive en soledad a veces compartida y en absoluta libertad)