sábado, 18 de noviembre de 2023

Finaliza la etapa 'rabiosa' de mayor gravedad de la derecha hispana

 MLFA



Se comprende el gesto de mi compañero de pupitre en La Salle, y ex presidente del Senado, al comprobar que lo habían sentado junto a Felipe. ¡Putada!

Aunque sea a bordo de un lujoso yate: "las vidas son los ríos que van a parar a la mar, allá van a se fenecer y a se morir", y, aunque la libreta de ahorro juvenil que le abrió el difunto Sarasola haya engordado ad infinitum, Caronte no admite equipaje en su barca y en el Hades no hay taquillas donde guardar las riquezas terrenales. Uno termina comprendiendo la amargura que refleja el rostro de Felipe González 'apollado' al bastón repujado en plata moruna; el tipo morirá igual que yo, y, con algo de suerte, lo hará antes que yo. Despreciado por sus antiguos fans; menudo carrerón que diría aquél, con panegírico de Wikipedia y media sonrisa de la señora de los huevos fritos con patatas en tiempo de penurias (no había aparecido en escena el Sarasola, que, al morir joven, nunca fue llamado a declarar por el juez Garzón).

Juan Roig y su sobrasada Amancio Ortega y sus pespuntes chinos y Felipe y sus americanitos huelen a muerte

La nueva sociedad surgida de la pandemia de Covid elegirá políticos jóvenes, de entre unos 40 y 50 años, con hijos pequeños o adolescentes, por los que luchar a fin de que logren un futuro laboral, social y económico, que les permita llevar una vida digna; políticos no contaminados por la religión y por políticas de corte rancio, hombres y mujeres modernos, formados en escuelas de Administración Pública, y, sobre todo, muy alejados de veleidades policiales y militares; de hecho, obligarán a esos colectivos a responsabilizarse, única y exclusivamente, de la seguridad de los ciudadanos y de nuestras fronteras. Si los nuevos políticos luchan por sus hijos lo harán por los hijos de los demás. También deberán plantearse la abolición de la monarquía; iniciar este debate desde ya mismo.

No se puede obligar a los canarios a convivir con la miseria y con las enfermedades infecto-contagiosas

Se deberá adelantar la edad de jubilación de jueces y de políticos; hay que impedir la gerontocracia en las Instituciones, y hay que poner coto al nepotismo en las mismas. Hay que topar la duración de los mandatos de los dirigentes de asociaciones deportivas, sindicales y empresariales. En definitiva; debemos alumbrar una nueva sociedad en la que no tengan cabida (mucho menos mando en plaza) los milicos franquistas, los policías ex torturadores, los González, Guerra, García Page, Aznar, M. Rajoy y los 40 ladrones (toda su ejecutiva), Feijoó, Kuka-racha, Abascal y sus matones; estos últimos, si siguen llamando al Golpe de Estado, deberían ser encarcelados (en Alemania lo serían); y deberíamos enviar a centros de reeducación a Yayones e Irenes, a toda esa purria que nos ha colocado en grave riesgo de involución política y social.

La nueva sociedad impedirá que se forjen fortunas vendiendo patatas y bragas (100.000 millones € el de Zara)

(A su mortaja añadiría unas bragas cubriendo su rostro para no ver su rictus de rabia en la hora de la muerte)