MLFA - Ex magistrado consorte. Intérprete Jurado en el Maresme (1988-2000). Instructor de internos en cárceles catalanas. Encausado penal (2013-2023).
Resulta obvio de toda obviedad que los únicos interesados en darle a esta matraca de la legislatura breve e inestable son los periodistas, y todos ellos lo hacen por intereses espurios. Mi vida ha estado íntimamente vinculada a la Justicia; durante 15 años como juez-consorte e intérprete jurado en juzgados del Maresme catalán, y otros 10 años como encausado por 8 causas penales que terminaron en humo, como todos los lectores conocen.
Los jueces me enseñaron que en España hay dos clases de 'hijos de puta': Los abogados y los periodistas
(Ahora que la tal Ayuso ha llamado 'hijo de puta' al presidente PS, me permitirán que yo lo diga de otros)
Son los periodistas, siguiendo el dictado de los medios de comunicación de los que dependen salarialmente, quienes están interesados en crear incertidumbre y zozobra entre los ciudadanos (de ahí el calificativo de 'hijos de puta', del todo merecido); son los generadores de inquietudes y tensiones entre la población, en especial entre la más vulnerable (por razón de ignorancia supina); en definitiva, son quienes viven de causar daño, a veces irreparable, entre las gentes del común.
Muchos de ellos son sociópatas que utilizan la mentira y las medias verdades como herramientas de trabajo
Actualmente han encontrado un filón; la situación política española es compleja, pero no lo es más que la del resto de países democráticos, no tienen más que recordar la violencia callejera de los chalecos amarillos que asoló Francia, o la situación política de la Gran Bretaña, que cambia de Gobierno cada año, por no hablar de Suecia, Hungría, Polonia y Austria, y qué decir de Italia, gobernada por la extrema derecha.
Los cuatro tarados del 'aguilucho' no son nadie; los periodistas los magnifican y los convierten en 'alguien'
(Audiencia = Publicidad, y sobre esa ecuación los plumillas y tertulianos de la nada fijan sus retribuciones)
Háganme caso; es obvio que la legislatura durará cuatro años, que España no se romperá, y que Pedro Sánchez seguirá siendo presidente si cumple todos los pactos a los que ha llegado con los diferentes partidos políticos. Entiendo que todos saldremos beneficiados del debate político enriquecedor, sin miedos y sin tensiones añadidas por los interesados: periodistas y bufetes de abogados.
Que la monarquía es franquista, pues claro; que los empresarios son del pasado, pues claro; ¿Qué es el PP?
(No obstante; el gobierno actual se encuentra 'vigilado' por los cuatro costados y actuará en clave-progreso)