martes, 12 de mayo de 2020

MLFA llegó a Manzanares en 1975 tras una gran tragedia marítima

MLFA 
Director de Obra Construcciones Sopelana – RENFE


A petición de varios colaboradores del extinto diario “Azuer Digital” voy a contarles – a título de narrativa social, sin grandes alharacas literarias – mi aventura profesional en Manzanares; les vendrá bien a cuatro pobres desgraciados que me han venido tildando de ‘forastero’ e ‘intruso’, siendo así que ellos no habían nacido cuando llegué a su pueblo, de vagos de profesión y camareros de carretera, para tratar de modernizarlo en cierta medida. Avanzo un chascarrillo; regalé al que años después sería elegido alcalde del PP (2011-2015) un bolígrafo para que pudiera seguir anotando remolques de remolacha en la explanada del ‘Hostal Saga’ del gordo Dionisio, (‘Saga’ viene de ‘sagañones’, que es como el bueno de Dionisio llamaba a sus frecuentes ‘sabañones’), que había llegado a Manzanares el año 1963, procedente de Quintanar de la Orden, y ya era el dueño de la carretera; el lápiz del futuro alcalde era una mierdecilla, ALM, que así le llaman en la actualidad, era un joven ambicioso y trabajador que se ganaba la vida como podía; creo recordar que era de Membrilla, de familia muy digna al tiempo que muy humilde. Ahora es un ‘imputado’ por delitos graves medio ambientales a la espera de juicio en Ciudad Real que podrían llevarlo a prisión. “Azuer Digital”, que fue quien lo denunció, hará lo posible para que así sea. No entendió que de un ‘mercedes’ suele bajarse un señor, pero también un gitano homicida que vivía en Manzanares, y la mitad de los ‘narcos’ conocidos míos, o un depredador inmobiliario. Vamos a prescindir de cláusulas de estilo porque estoy muy atento a mi salud y escribiendo mi segunda novela a correcuita; la firmará un amigo de siempre para evitar un posible embargo. Se van a entretener leyendo este artículo deslavazado pero de cierto valor histórico-social por sus protagonistas, hoy en el ostracismo social y político de esta encrucijada de caminos que es Manzanares; me daría por contento si lo publicamos antes del martes; tengo que pasar a Ceuta y preparar la ‘protección’ de la que me tengo que dotar para el viaje y voy muy preocupado.

No me devolvió el ‘boli’ y me vi obligado, 40 años después, a echarlo de la alcaldía 

Entiendo que suena ‘pretencioso’ lo de ‘echarlo’, si bien es absolutamente cierto que lo ‘echamos’ utilizando nuestro diario “Azuer Digital” como ariete de denuncias que se demostraron ciertas, como se comprueba al estar (el alcalde del PP) imputado por delitos MA muy graves, por los cuales la Fiscalía de Ciudad Real le pide 2,5 años de prisión y 75.000 € de indemnización a la ‘CHG’ (Confederación Hidrográfica del Guadiana), igual que su concejal, un ‘peón negro’ del '11M' de Atocha. Hay que tener en cuenta que la actuación del líder de la oposición resultó inane, al estar el socialista sujeto a procedimientos judiciales ante el TSJ-CLM, por los que resultó condenado y expulsado de la Diputación. Fue “Azuer Digital” quien asumió el rol de oposición social y política a los ‘populares’, resultó sencillo, eran unos ‘piernas’ que venían ‘a lo suyo’; en medio de divorcios, cornamentas, y vida de ostentación y lujo (a cuenta de los vecinos, claro), era gente de ‘tres camisas al día’, algunas eran ‘de tres braguitas al día’, se trataba de gente muy ‘aseada’. Por el camino han ido quedando a la deriva, esposos, esposas, hijos y relaciones sociales; se han convertido en 'apestados' políticos y sociales.

Llegué a Manzanares el 15 de julio de 1975, a media tarde; hacía muchísimo calor 


Conocía el pueblo de pasada, por nuestros viajes de Bilbao a Marbella, adonde se había desplazado una parte de mi familia en 1972, huyendo de una amenaza (contrastada) de la banda terrorista ETA. En medio del pueblo encontré el hostal ‘El Ancla’, un establecimiento sin grandes pretensiones, muy limpio y de trato muy agradable por parte de los propietarios; allí estuve alojado 15 días, posteriormente me instalé en el hotel ‘El Cruce’ durante seis meses, el propietario era un caballero, nada que ver con su hijo, a quien he conocido 33 años después. 


La comida y la cena las hacíamos – fueron llegando varios encargados desde Santander – en el bar restaurante ‘Flor’, de Manolo y Santa, la comida era de mucha calidad; diría que la mejor de Manzanares, sin duda. Allí conocí a los hijos del matrimonio: Rosa, Lolo y Tete; con ella he mantenido una relación sentimental entre 2005 y 2006 (ella tenía 48 años). Su historia amorosa anterior aparece reflejada en ‘La Saga de La Encomienda’ en clave de ficción. Santa, la madre, viuda del gran Manolo – la mejor persona de Manzanares – vivía en 2015, cuando abandoné Manzanares por graves amenazas de muerte y porque el pueblo caminaba hacia el oscurantismo social y la ausencia absoluta de eventos culturales; los socialistas lo habían convertido en un pueblo fantasma como los del Far West, con sus ‘matojos rodantes’ (barrillas) incluidos, y un terreno árido, a pesar de que ahora está asfaltado, no como en 1975, en que la mitad de las calles eran ‘empedradas’. La muerte de Franco, el '20N' de 1975, nos pilló desayunando de madrugada en el 'FLOR'. Yo pedí una copa de Pacharán, a pesar de que nunca bebo a esa hora; no iba a pedir cava. Abrí todos los tajos y me fui al hotel a dormir y poder celebrarlo el resto del día. Allí, en Manzanares, todo el pueblo lloraba, me fui a Jaén a celebrarlo.

Tendido de cable telefónico ferroviario: subterráneo y aéreo, entre Jaén y Zaragoza 

Entre 1975 y 1978 contratamos cerca de 300 trabajadores (entonces se decía ‘obreros’) del terreno; la mayoría eran de Membrilla, ninguno de nuestros trabajadores era de Manzanares; los hombres de este pueblo eran, dicho sea sin acritud, bastante ‘vagos’, muy poco decididos y nada dispuestos a dejar sus familias de lunes a viernes. Nuestro ‘tajo’ era muy amplio; abarcaba desde Espeluy (Jaén) hasta Casetas (Zaragoza), nada menos que 650 kilómetros de zanjas, postes y saltos de ríos. Incluyendo las estaciones de Jaén, Manzanares, Madrid Chamartín, Guadalajara, Calatayud, Zaragoza y Casetas, entre otras, si la memoria no me falla. 

Manzanares era pueblo de encrucijada, de frontera, lleno de ‘vividores’ y ‘golfos’... y funcionarios 

El Talgo descarriló en Manzanares en 1978; nos enteramos en Zaragoza. Hubo 13 fallecidos.

Algunos ‘amigos’, mejor dicho ‘conocidos’ de bar y ‘chupaculos’, terminaron en prisión o fallecidos a temprana edad por ingesta de heroína y cocaína (un poco parecido a lo que ocurría en la España profunda); también se produjo un aumento del número de ‘vagos y maleantes’ debido a la instalación de ‘puticlubes’ a lo largo y ancho de la planicie manchega. Chulos de puta y macarras residentes en Manzanares. Uno de ellos, guapo hasta decir basta, fue violado en la cárcel de Jaén un día sí y otro también, había dejado ‘tuerta’ a la hija de un alto cargo de la Guardia Civil, una pobre drogadicta que recaló en su club de putas. No murió desangrada en el campo gracias a la intervención de un agricultor que faenaba de madrugada. Otra pobre chica fue asesinada en 'La Rosa Azul' de Manzanares. Años después otra mujer fue asesinada en el hotel 'El Cruce' donde yo había vivido varios meses. Entre 2005 y 2015 he vivido seis asesinatos y cinco suicidios, que recuerde, en un pueblo de 18.000 habitantes; era mejor largarse de allí.

Los ‘membrillatos’ decidieron viajar hacia el norte y hacia el sur de lunes a viernes 

Mi fabuloso SEAT-FU 1430/1800 de 1974; con él llegué a Manzanares, tenía 5.000 kilómetros.

Recuerdo que eran trabajadores de primera división; en los hostales donde se alojaban, por cuenta de la empresa, tenían muy buena opinión de todos ellos; el conflicto se producía los viernes por la tarde; a la hora de abordar el autobús los dueños y las camareras de los hostales les entregaban la cena, recién cocinada y envuelta con esmero en envases de cartón, como es obvio, aquellos hombres recios, que habían trabajado duro todo el día junto a la vía del tren, daban buena cuenta de aquellas exquisiteces gastronómicas durante el viaje, así como del buen vino tinto. Al llegar a Membrilla, las esposas, de peluquería (entonces se llevaban los ‘cardados’) y depiladas a la cera, con ropa interior nueva comprada en la mejor lencería del pueblo, se encontraban con el rechazo a la cena que habían cocinado con tanto esmero; los maridos las llevaban a tomar unas cañas de cerveza y – directamente – al tálamo matrimonial. La cena para los suegros. 

La secretaria era de Manzanares; hoy es una jurista muy brillante: es juez y fiscal 

Mi motocicleta, Guadalajara 1975. El accidente llegó a los 155.000 kilómetros en Siguenza.

Era la única persona contratada en Manzanares; procedía de la empresa ‘De Juan y Ayala’, propietarios de la fábrica de harina con la que ‘especuló’ el alcalde del PP en 2014. La tenía en su cartera de clientes (este hombre era el primer inmobiliario del pueblo) y como alcalde-inmobiliario la compró para el ayuntamiento por ‘un millón de euros’, estaba en ruinas y a punto de colapso. Todos nuestros lectores (millones entre 2013 y 2015) conocen la historia: la empresa ‘ALM’ vendió al alcalde ‘ALM’ varias ‘ruinas’ a punto de colapso. ¿A qué vecino se le ocurre votar para alcalde a un inmobiliario en la España actual? Nosotros nos ocupamos de ‘echarlo’ a ‘pantallazos’ de ordenador con información fidedigna contrastada en Manzanares y Sevilla. (5.630.000 visitas en 27 meses y 4.500 artículos publicados, acompñados de 13.000 fotografías).

La tragedia llegó en 1977; el tren arrolló a Patón en el tajo de Calatayud 

El trabajador de Membrilla, de apellido Patón, no recuerdo el nombre, podía ser Francisco, había sido contratado cinco días antes de su fallecimiento; nuestra secretaria, competente como he dicho, ordenó a Santander que cursaran el alta de Patón en la Seguridad Social el primer día – a diferencia de las empresas de Castilla, nuestra empresa respetaba la legalidad laboral – pero ¿Habría sido diligente la secretaria de Maliaño (Santander)? pasamos la noche con el corazón en un puño y velando el cadáver en el depósito de Calatayud; a las 08:00 nos confirmaba la empresa que Patón se encontraba de alta desde el primer día. Ello permitió que la viuda (que estaba embarazada) percibiera la pensión correspondiente, ello le permitió vivir dignamente con sus dos hijos, sobrellevando la terrible tragedia que supuso la pérdida del marido. Uno de sus hijos trabajó muchos años en el hotel ‘El Cruce’, tuve el privilegio de saludarle en 2008, también saludé a su madre, una viuda revestida de dignidad en su pueblo, Membrilla, me acompañó la esposa del médico del pueblo. 31 años después de la tragedia.

El funeral en Membrilla resultó estremecedor; tengo las fotos pero no están conmigo 

Las retroexcavadoras que contratamos pertenecían a la empresa ‘Confianzas’ de Manzanares; eran propiedad de dos hermanos, nos pidieron acudir a todos los tajos, desplazarían las máquinas en camiones tipo góndola; acepté la propuesta, resultó ser el gran acierto. Curiosamente; nos recomendó un colega suyo en Zaragoza, para ‘Confianzas’ eran muchos kilómetros. Años después; mi buen amigo ‘Confianzas’ y su colega maño ‘Aventín’ fallecían en sendos accidentes de tráfico. 

En la parte trasera se construyó la arqueta general desde la cual comenzó la instalación del cable.

Para los estudiosos de la historia de Manzanares; nuestra empresa era ‘Construcciones Sopelana’ de Santander; el proveedor del cable telefónico y de los empalmes era la multinacional ‘Standard Electric’ de Maliaño (Santander) y el cliente era RENFE

Tuve que fijar mi residencia en Manzanares, en la calle Virgen de Gracia, en un piso propiedad de unas peluqueras 'mozas viejas' muy amables; y en Zaragoza, adonde se desplazaron mi mujer y mis dos hijas desde Bilbao. 

Dionisio, del ‘Saga’, era hermano de Manolo, del ‘Flor’, me trataron como a un hijo 

De camino a Andalucía, procedente de Barcelona, donde los hijoputas de ‘Convergencia’ de Jordi Pujol, habían decidido en 2004 no renovar nuestros contratos de profesores de Náutica interinos, éramos 27, que databan de 1986, al disponer de profesores catalanes (formados por nosotros); decidí parar en Manzanares por nostalgia. De hecho había estado en Manzanares en 1986, allí tenía mi motocicleta guardada en una cochera del ‘SAGA’

Lo primero que hice fue visitar a Santa, la viuda de Manolo el del ‘FLOR’ y a su hijo Tete; allí estaba su hija Rosa, recién divorciada y con un hijo; salimos a cenar y esa noche nos ‘enrollamos’

Andalucía quedaba para más adelante; era el 04/09/2004, me instalé el 01/01/2005 


La relación amorosa – fruto de la nostalgia – fue breve, terminó en 2006, era una chica excelente pero chapada a la antigua. De todas formas la recuerdo con mucho cariño, ya que como digo era una buena persona. Me quedé en Manzanares ejerciendo de periodista digital; tuve que salir huyendo el 19 de diciembre de 2015. Publicamos la fotografía de Rosa porque es de mi propiedad, así se hará famosa durante una temporada. Mientras escribo, muy entretenido, me estoy ‘poniendo’

Había llegado el momento de mi viaje a Ítaca, en Marbella; no se esperaba el ‘Covid-19’