miércoles, 27 de mayo de 2020

La hostelería española mejorará tras 'Covid-19': ¡calidad y limpieza!

MLFA

En la novela "La Saga de La Encomienda" (2015), de narrativa social, los principales protagonistas son dos familias propietarias de hostales de carretera; a través de los cuales diseccionamos las relaciones humanas y sociales de la España franquista y de la llamada "Transición del 78" (1940-2010) centradas en lo que hoy se denomina oficialmente 'Castilla La Mancha'. Además de 'ejecuciones' y 'violaciones' que sirvieron para aterrorizar a la población civil; se narran las situaciones que caracterizaron esos años del 'franquismo', así como los del llamado 'neofranquismo': estraperlo, contrabando, atentados de ETA, torturas policiales, esclavitud laboral, acoso sexual, narcotráfico y corrupción política y empresarial; también el nacimiento del fenómeno conocido como 'turismo', cuyos ingresos permitieron salir adelante al régimen del general Franco, así como su progresión económica (entrada de divisas) exponencial durante los años de la Transición, hasta alcanzar el 10% del PIB (Producto Interior Bruto).

También se habla del 'maltrato' recibido por millones de españoles y foráneos en la hostelería

Una media aritmética de ingresos por sectores: bares, restaurantes, hoteles, discotecas, albergues de carretera, burdeles, ferias de pueblos y ciudades, así como otro tipo de eventos, tales como macro-conciertos y espectáculos deportivos, nos confirma que sus propietarios se han venido 'enriqueciendo' en demasía. Un 'pelao' montaba un bar en su pueblo y su vida 'cambiaba' del todo; señal inequívoca de que 'se echaba agua al vino', pero no solamente se producía el bautizo. Concretamente, en Castilla, el 'pelao' montaba un 'mercedes' nuevo de trinca. (Por contra, el pobre alcalde del PP de 'La Encomienda' era propietario de un 'mercedes' de 22 años).


La calidad de alimentos y bebidas (mezcladas con productos específicos para abaratar costes, 'la garrafa') era deplorable. La cadena del frío no se respetaba; ello provocaba gastroenteritis agudas (que nadie castigaba). La limpieza y desinfección de útiles de cocina era inexistente, a salvo los grandes establecimientos de restauración de la franja de los ricos o clases medias muy altas, todos ellos radicados en País Vasco, Catalunya y Madrid (algunos, no todos, la restauración en la capital, en general, era una 'cerdería'). Qué decir de los aceites 'recalentados' hasta el grado de 'abrasión', comida 'recalentada' varias veces, y, hoy en día, - la gran estafa - comida precocinada procedente de empresas de catering instaladas (escondidas en naves siniestras) en polígonos industriales, o, directamente, de los estantes refrigerados de 'Mercadona' y de grandes superficies de alimentación. El problema no lo crea 'Mercadona', sino el restaurador que 'recalienta' sus tortillas, pizzas, croquetas, pescado y hasta filetes de pollo para tus niños, con patatas fritas que llegaron 'congeladas' al restaurante.

Los conocidos como 'servicios' (siempre 'al fondo a la derecha') eran focos de infección, en algunos podías infectarte de 'gonorrea' sin contacto carnal. Nadie, en su sano juicio, se sentaba en la taza del retrete, durante muchos años no hubo papel higiénico, se limitaban a acumular papeles de periódicos viejos, o, simplemente, no reponían el rollo de 'El Elefante', pasado mediodía.

El suelo, encharcado de orina, no permitía bajarte los pantalones; hablamos ya de los años 2000


El temido 'Covid-19' ha venido a - además de matarnos o enfermarnos - a evitar 'gastroenteritis' y 'gonorreas' (roce del miembro con la taza) de estos restauradores que llevan tres meses 'llorando' y exigiendo 'ayudas'. Me consta que este colectivo no está recibiendo 'solidaridad' por parte de sus clientes, más 'quemados' que el aceite de sus freidoras. Los clientes serán más exigentes, no porque hayan 'espabilado', sino por miedo al puto virus, y porque habrá menos 'efectivo' para 'restauración'. A comprar buen material y a cenar en casa con amigos; este es el futuro: ¡Más Europa! ¡Menos Castilla! España tiene más bares que Francia, Bélgica, Holanda, Alemania, Noruega, Suecia, Austria y Dinamarca ¡Juntas! La patronal de hostelería anuncia que no abrirán el 30% de los bares tras la desescalada.

Atentos cabronazos: Calidad y Precio + Limpieza extrema + Trato impecable... O bien: ¡Cerrad!