lunes, 11 de mayo de 2020

Hablan de 'nueva normalidad' les asusta lo de una 'nueva sociedad'


MLFA

A lo largo de estos últimos cinco años me he acostumbrado a vivir rodeado de automóviles de alta gama – de entre 70.000 y 100.000 euros – propiedad de individuos jóvenes y de algunos, los menos, que ya peinan canas; todos ellos residentes en pisos de mala muerte, dotados de un cuarto de baño y comedor-sala de estar y, cocinas repletas de electrodomésticos de ínfima calidad. Pongamos que hablo de mis conocidos del ‘narco’, de trabajadores portuarios, y de ‘economía sumergida’ a lo bestia. Llama poderosamente la atención que sus coches resulten más ‘acogedores’ que sus propias viviendas. Es un indicador de que nuestra sociedad está enferma; a nadie se le escapa que estos tres segmentos que menciono son la punta de un iceberg en el que – además de estar ‘sumergida’ la economía – también hay una espada de Damocles que pende sobre nuestras cabezas: ignorancia consuetudinaria que linda con el analfabetismo funcional; corrupción de políticos y grandes empresarios, incluidos grandes bancos; la socialización de la mujer en su aspecto más negativo, que la convierte en personaje ambicioso e interesado, preñada (nunca mejor dicho) de un egoísmo desmesurado, negación absoluta de la función de ‘compañera’ (en términos de igualdad, por supuesto); y la falta de proyecto de vida de sus escasos vástagos.

Es la herencia del ‘felipismo’, se constata que no volvió a crecer la hierba de la cultura

Como es obvio; hago referencia a las clases populares, hablo de la mayoría de la población, es cierto que existe una parte de la ciudadanía, minoritaria, que sufre a diario y en silencio, la pertenencia a esta sociedad, el sentimiento trágico de ser español, y la vergüenza de ser 'gobernados' por ‘corruptos’ y 'administrados' por ‘incompetentes’ y ‘fulleros’, 'controlados' por fuerzas de seguridad protofascistas, y 'juzgados' por un aparato judicial franquista y corrupto. 

No podemos seguir dependiendo de China para la obtención de mascarillas y batas ¿cómo es posible?

Después de la pandemia de ‘COVID-19’ amanecerá una nueva sociedad, con normas de convivencia diferentes, asistiremos al inicio de una modernidad que (nos) había sido secuestrada por los dos grandes (en tamaño) partidos de la Transición del 78, con el aval de la monarquía y del estamento judicial. 

Es por ello que presentan ‘miedo escénico’ (mejor diría pánico, observen como le quedan los trajes y el nuevo chaqué a Pedro Sánchez, sobra tela por todas partes, el tío ha ‘encogido’). Hablan de 'nueva normalidad’, creen que somos idiotas (siempre lo han creído); la ‘normalidad’ no puede ser ‘nueva’ ni ‘vieja’, es, pura y simplemente, ‘normalidad’. Lo que vendrá, les guste a estos politicastros o no les guste, es una ‘nueva sociedad’, más responsable y exigente, con recuperación de valores; el narco, el chapuzas y el obrero portuario volverán a ser lo que fueron antes de enriquecerse de forma inaudita – unos legalmente, otros de forma ilegal – se acabaron los ‘bugas’ de 75.000 € y las parejas ‘desechables’. Si observan la pantalla del móvil tenemos a los banqueros 'chupándonos el culo' a todas horas; no se fíen de ellos, han salido al rescate... ¡de la vieja normalidad! como los políticos y los jueces. Tienen miedo de lo que ha supuesto el 'confinamiento', de que la gente se haya hecho preguntas en medio de la ansiedad por su salud y por su futuro social y económico. ¡Y que ya tenga respuestas!

Observen la cara de odio del hijoputa del centro; ocurrió en el Sevilla-Liverpool.

La familia – en cualquiera de las modalidades existentes – cobrará valor, y los mayores recuperarán parte de respeto y admiración perdidos. El fracaso escolar estará mal visto socialmente; una parte de la juventud, la más sana, se enfrentará a la otra parte, la ‘improductiva’, la que no estudia, la que trapichea con droga, y los ‘botellones’ serán sinónimo de ‘chusma social’; es preciso que ‘las’ jóvenes tomen conciencia de su valía, deben terminar con las prácticas sexuales de ‘conveniencia’ (para los chicos), con los ‘mete-saca’ a bordo de sus automóviles de tercera y cuarta mano, o de asientos traseros de ‘amotos’ de mierda que ‘petardean’ las noches en las barriadas más pobres. Y tienen que dejar de 'enseñar' culo (todo el culo) y tetas. 

Los estudios recuperarán el valor que merecen y serán más valorados, y la cultura


Los hombres, en general, valorarán más a sus mujeres; y éstas, que hasta hoy se movían por el dinero, las gastadoras compulsivas, las hembras que utilizaban sus encantos para la conquista fútil deberán cambiar el ‘chip’, los hombres con dignidad las dejarán tiradas en el arroyo; seguirán siendo (ellas) las perdedoras; el hombre se preocupará más – tras el tremendo susto del ‘respirador’ que no puede salvar la mitad de las vidas – se ocupará más de la economía familiar, del respeto sin merma de autoridad hacia los hijos, y tomará medidas – en la medida de sus posibilidades – para ‘desidiotizar’ a sus parejas, dotadas ya, a los 35 tacos, de culos y tetamen, también barrigas, que no caben por las puertas de los pisos de los barrios de medio pelo. 'Telecinco' comenzará a perder audiencia (ese será uno de los primeros síntomas del cambio). El otro día hablábamos de los vascos; sólo un vasco cabrón podría presidir durante tantos años la 'telebasura', en su casa no ven ese canal, 'su' canal. Otro vasco (los hay a miles) que se 'forra' con la ignorancia y la incultura y frustración de millones de españolas de todas las edades, mujeres que - desde su casoplón de Bilbao - él desprecia. 

El miedo conduce a la introspección y esta nos hará mejores a todos. ¡Más dignos! 


PS – Alcaldes y concejales babosos, cretinos con pretensiones, ‘forraos de pasta’, van a ser cuestionados; y ojo, que la historia se repite, como comprobarán con Joshua Levine, y podemos ‘resucitar’ modelos de convivencia ‘mafiosos’ que nos protejan de quienes nos quieren seguir ‘hurtando’ la modernidad, a fin de impedir la consolidación de la ‘nueva sociedad’ post-coronavirus. Advertidos quedan: damos por finiquitada la ‘conjura de los necios’. Publicamos a Levine en breve.