MLFA
Capitán Relator
Capitán Relator
Oriol Junqueras ganó el combate en el primer asalto; algo que no veíamos desde hace años los aficionados al boxeo. Su canto a la libertad no lo mejoran los cantautores del ‘tardo franquismo’. No entraré en detalles por ser de sobra conocidos por todos mis lectores, personas con inquietudes políticas y sociales. Nelson Mandela estuvo preso durante 27 años en una celda de 6 m2, la de Oriol Junqueras en Soto del Real tiene una superficie de 8 m2, eso sí, es más moderna. A Oriol le esperan (lo expreso con mucho dolor) 7 años de cárcel en Catalunya, gobierne quien gobierne. Cuando recupere la libertad será elegido presidente de la Generalitat. ¡Per molts anys!
Arnaldo Otegui ha superado 7 años de prisión, Oriol Junqueras lo tiene muy presente
En prisión continuará formándose (más, si cabe) en Sociología y Ciencias Políticas, al mismo tiempo que empleará sus dotes como docente en la formación integral de aquellos internos que lo necesiten (que son muchos). Las cárceles catalanas son garantía de seguridad y de un cierto confort; pero, sobre todo, será tratado con respeto por funcionarios e internos. Los del ¡A por ellos! permanecerán al otro lado del Ebro, dirimiendo cuestiones de política de vuelo bajo y arrastrando a la Gran Castilla, que incluye Extremadura y Andalucía Oriental, a la ruina más absoluta, dependiendo, como siempre, de una Catalunya afanosa en lo económico y progresista en lo social, también en cuanto afecta a la cultura; ni Franco pudo domeñar la cultura catalana. Han mordido la mano de quien les daba de comer y eso se termina pagando, ¡lo verán! y ¡lo sufrirán! ¿Qué se podía esperar de un PP sumergido en la mayor corrupción conocida? Agarrarse a la unidad de España cual náufrago a una tabla, desconocían que tenía clavos oxidados por el tiempo.
Se negó a contestar a las acusaciones, como hacen todos los presos políticos en el mundo
Arnaldo Otegui recibido por Carmen Forcadell en el Parlament de Catalunya |
La historia nos da sobrados ejemplos; los hemos vivido (personalmente) en Euskadi, antes de que apareciera ETA, con miembros del PNV, como Beístegui y otros muchos, incluido mi padre (republicano), a quien no se atrevieron a llevar a juicio después de mantenerlo un año en prisión preventiva en la cárcel de Larrínaga (Bilbao). Hago la aclaración de que aquellos dirigentes del PNV no se parecían nada a los actuales, que, curiosa e indignamente, han resultado beneficiados de las acciones sangrientas de la banda terrorista.
En Detroit (USA) pude asistir a dos juicios contra activistas del Movimiento Pro Derechos Civiles creado por Martin Luther King; ninguno de los acusados respondió al Tribunal. Sus abogados denunciaban que, al volver a prisión, eran apaleados por los funcionarios. En España – actualmente – nos limitamos a ‘marearlos’ en los traslados ominosos a prisión.
"Unos mueven el árbol y otros recogemos las nueces" (Xabier Arzallus), y así fue
Oriol Junqueras proclamó con firmeza y vehemencia su condición de ‘preso político’ y ha disertado sobre la teoría de “Silla vacía”. Cuando los independistas intentan el diálogo y la correspondiente negociación política, en el otro lado encuentran la silla vacía, también cuando gobierna la ‘izquierda’ española.
Oriol Junqueras es consciente, otros consellers encausados también lo son, de que un elemental principio jurídico de contradicción exige la presentación de todas las pruebas, y el Tribunal ha rechazado muchas de ellas. El convencimiento general es que la sentencia está redactada de antemano. Mi opinión personal es que las penas están decididas y acordadas con los poderes fácticos (que no son los del IBEX, sino otros que resultan innombrables, hoy por hoy, para quienes estamos pendientes de recurrir sentencias condenatorias). No resulta difícil – para nuestros queridos lectores – identificar a los ‘innombrables’.
El president Companys preso en Cádiz (en la otra punta) en 1934, amnistiado, Franco lo fusiló mas tarde. |
Serán condenados por ‘incitación a la rebelión’, las penas más elevadas irán de los 12 a los 15 años y cumplirán la mitad de las mismas. Los presos políticos nunca solicitan indulto; los catalanes no lo harán. Eso sí; en las cárceles catalanas se ocuparán de su salud física y psicológica, así como de su seguridad y les proveerán de una alimentación adecuada; como hacen con los demás internos. Recibirán más visitas de políticos y periodistas; algo que resulta lógico por su interés político y social. A nadie le interesa entrevistar a un violador o a un homicida. Inés Arrimadas será escarnecida por la ciudadanía de Catalunya, incluidos los españoles residentes en el país que la votaron, como muchos de ellos reconocen, por error; vamos que se equivocaron, lo saben.
Se espera que otros encausados se nieguen a responder a las acusaciones
PS – Aumentan las sospechas acerca de que la ‘correcta’ actitud del presidente de la Sala, el magistrado Marchena, pueda ser una ‘pose’ de cara a los medios internacionales; la fiscalía y la abogacía del Estado pueden dejarlo al descubierto, con su descarada actitud; el resto de magistrados se mantienen en la indiferencia más absoluta, ya han decidido que los catalanes sean condenados, esperan que una sentencia dura sirva de escarmiento. Mientras tanto, esos ‘innombrables’ han regalado a VOX la mejor plataforma electoral que pudieron soñar. Claro que todavía falta el 'numerito' final; cuando los españoles vean y escuchen 'testificar' a 50 ó 60 policías por sesión y la macrocausa, tan esperada por los fascistas de nuevo cuño, se derrumbe como un souflé; harán el ridículo más espantoso; de hecho ya han comenzado a hacerlo los fiscales y la abogada del Estado. El juicio quedará visto para sentencia antes de las elecciones generales: la montaña parió un ratón, parece que en vez de Justicia hablamos de venganza y, de paso, escarmiento. La Sala del TS es lóbrega y no augura nada bueno para el gobierno legítimo de la Generalitat. Les tenían ganas, resulta obvio hasta en el decorado. Y de cena: bocata de mortadela y vaso de agua. Recuerden que el edificio del TS era un antiguo convento por el que pasaron - lo sospechamos - los últimos jueces de la Inquisición.
El Estado español a la deriva; no sabe como afrontar esta gravísima crisis