Manuel Puerto Ducet
B. Madoff, condenado a 150 años de cárcel; un hijo suicidado y el otro falleció de cáncer. En España sale gratis. |
Pensaron que con ello mejoraban la calidad del producto final, cuando en realidad era todo lo contrario. Fiaron a que, en condiciones normales de mercado, la conjunción de unas cédulas hipotecarias (hasta entonces consideradas valor de refugio), junto a los futuros incorporados, compensaría el impacto negativo de sus propios activos dudosos y, por lo tanto, lograrían equilibrar el resultado final de un engendro con el que inundaron el mercado norteamericano y el de medio mundo. Irrumpieron en escena las sociedades de rating con Moody’s y Standard & Poor’s a la cabeza, adjudicando a estos productos, altas e injustificadas calificaciones, apoyándose más en la fama del emisor que en la solvencia del producto. Buena parte de estos activos registraron pronto una devaluación superior al 60% y el resto se manifestaron incobrables, obligando a Lehman Brothers y a distintas entidades emisoras a declararse en quiebra. De la misma forma que un resfriado puede desencadenar una patología latente en un cuerpo debilitado, aquel fue el detonante que provocó la reacción en cadena, que recorrió todos los países y que acabó provocando un alud económico de imprevisibles consecuencias.