domingo, 29 de septiembre de 2019

Meteorología, política española, y las relaciones sexuales húmedas

MLFA - ISM 
Profesor de Meteorología 
Premio Nacional Redacción 1960: ‘La Meteorología’ 


La situación meteorológica actual se corresponde con la condición de vaguada barométrica; y suele coincidir con el paso de los huracanes, tifones y – en nuestra latitud y característica marítima – con las denominadas ‘gotas frías’, que han recuperado su denominación meteorológica convencional. Durante la época de Rajoy se cambió el nombre a estos fenómenos tan específicos. En primer lugar debemos dejar claro que las ‘gotas frías’ no tienen nada que ver con el calentamiento global, son fenómenos muy conocidos desde hace siglos. ‘Azuer Digital’ ya publicó varios artículos al respecto que tuvieron éxito de audiencia, resultaron didácticos para el común de la ciudadanía, hoy lo volvemos a hacer; eso sí, introduciendo sexo y política que es lo que mola. A los científicos les gusta más la denominación ‘DANA’ (como la perrrita de mi ahijada): ‘Depresión Aislada Niveles Altos’, a fin de que el ciudadano no se entere de nada. ¡Hasta ahí podíamos llegar! Y en una 'vaguada' política se encuentra Pedro Sánchez, el Adolfo Suárez del siglo XXI.

Axioma: no hay gota fría ni sexo que se precie sin un alto grado de humedad 

En esta época del año, (inicio del otoño), las nubes del tipo ‘cumulonimbos’ están cargadas de agua por mor de la evaporización del agua de mar debida a la insolación extrema que se produce en verano; esas nubes están, algo así, como vacas que no han sido ordeñadas cuando correspondía (ubres gordas y colgonas a punto de reventar). 

Cumulonimbus

El grado de humedad es elevado; predomina sobre los otros dos factores que resultan imprescindibles para que se genere una tormenta: la diferencia de presión y temperatura entre dos masas de aire; las señoras ‘estupendas’ que presentan el parte meteorológico en las cadenas de TV no resultan pedagógicas, al estar los televidentes más pendientes; los hombres, de lo buenas que están, y las mujeres, de los modelitos que lucen en el plató de los mapas de isóbaras que discurren por la pantalla a velocidad de vértigo. La gente mira ‘el tiempo’ en los móviles’, a pesar de que, éstos, fallan más que una escopeta de feria. Claro que las mamás quieren saber el tiempo que hará entre el garaje de su casa unifamiliar y el colegio de la niña, ¡ojo! con absoluta precisión. ¿Por qué convierten a las mujeres del tiempo en modelos de pasarela? ¿A qué viene esto? ¿Alguien se imagina a Manolo Medina (el de Franco), marcando paquete?

Pólizas habituales. 'Daños a terceros'

Hablan de las ‘gotas frías’ de tal manera que millones de españoles se refieren a las mismas como ‘gotas de agua fría’, ello debido a que no han entendido nada; la UME, la Legión, los helicópteros, la solidaridad vecinal, los seguros, el Consorcio de seguros y el desastre urbanístico español, esto es lo que llama la atención al españolito de a pie (que, secretamente, está enamorado de las chicas del meteo de TVE y A3 y las isóbaras e isotermas se la traen al pairo). Eso a los ‘de a pie’; ya que los que tienen un vehículo TT (4X4) consideran que la ‘rierada’ (inundación) no va con ellos y con sus potentes autos con tracción integral. Hace pocos días vivimos de nuevo la tragedia: ¡Muerte dentro de un TT! 

Esas mamellas gordas van a ser perforadas por un punzón, ¡menudo ordeñe! 

Estas nubes sobrecargadas de agua se encuentran a una altitud de 5.000 metros; que es la altura por la que discurre el ‘jet stream’ o ‘corriente en chorro’, van a ser ‘perforadas’ por un punzón que circula a muy baja temperatura, se trata de una corriente muy estrecha y muy fría; el tremendo ‘pinchazo’ provocará un derrame del agua de la nube, en forma de cono, de una virulencia enorme, un diluvio intenso, en área geográfica muy reducida (puede ser una comarca, un pueblo, incluso un barrio), que barrerá la zona desbordando ríos, acequias, calles y destrozando a su paso todos los cultivos que se encuentren debajo del ‘pinchazo’, también las viviendas y los vehículos (casi todos con la póliza más barata: ‘daños a terceros’). 

Pinchar o pellizcar cumulonimbos resulta altamente peligroso: ¡ordeñe instantáneo! 

Al mismo tiempo que el Levante español desaparecía bajo el agua y el barro, los políticos sufrían ‘gotas frías’ que se llevan por delante a los electores respectivos; el tal Casado, mequetrefe que hizo trampas en su historial académico, el tipo que se deja crecer la barba según el modelo ‘policía’ o el otro, el modelo ‘delincuente’, a ver si da el pego, el líder de papel (barba, en su caso) que recibe duchas de agua helada por parte de los ‘santones’ de su partido; tras el paso de la ‘gota fría’ sólo le ha quedado la barba rala que lo iguala con el comunista Garzón. Este último más callado que un muerto a la espera de ver quien le asegura acta de diputado: ¿Iglesias? ¿Errejón? ¿Abascal? si no hay acta le espera el INEM; Izquierda Unida está en quiebra total. Y lo peor de todo: el marqués del tractor de Argamasilla muerto de la risa.

Boda de Arrimadas en Jerez a los sones del himno nacional; Rivera no acudió, ello levantó suspicacias.

¡Qué decir del Rivera! Los chaparrones y crecidas en el seno de su partido (o lo que coño sea eso) han espantado a los cofundadores del mismo que han salido por piernas antes de que se los lleve – violentamente – la gota fría prevista para el “10N”, le quedan las chicas y unos cuantos locos furiosos como Giraurta y Carrizosa; el primero nunca visita Euskadi y el segundo abandonará Barcelona más pronto que tarde, y eso sin violencia. No hace falta, las miradas de vascos y catalanes ya les ponen de los nervios (vean sus intervenciones públicas, son fieras acosadas, son perros que tan solo ladran); la Arrimadas ya ha bajado el diapasón, por influencia, entre otros, del marido; por cierto, el ex independentista (pertenecía a 'Lliure')  no está muy a gusto en Madrit, su vida social se ha visto reducida al círculo de conmilitones de la señora. 

Ábalos es el mamporrero de Sánchez; el Guerra del siglo XXI, igual de malo que el de Felipe González.

A Pedro Sánchez y al Ábalos (Guerra exhumado) lo que les cae encima es pedrisco, chuzos de punta, y, como consecuencia de la ‘gota fría’ y sus destrozos no podrán cosechar los frutos que se prometieron cuando decidieron convocar elecciones. Claro que para limpiar las cañas y barro de los cauces han contratado al impoluto Errejón y sus chicas que ya se han puesto manos a la obra, mientras el marqués de Galapagar empieza a estar preocupado por su hipoteca, como el resto de españoles. Si hay un Vista Alegre III, posterior al colapso de su formación, verá peligrar su chalet (una de las causas del hundimiento de ‘Podemos’). Este fulano era aquel joven preparado que graznaba lo de la casta a todas horas; este hombre, padre de familia numerosa, fue promocionado por ‘Intereconomía TV’ y por ‘La Sexta’. Allí, dijimos muchos, había gato encerrado, quizás ahora sea 'gato al agua'. Quizás le haya caído la ‘gota malaya’, no la ‘gota fría’ de Sánchez y los otros dos de la derecha, pertinaz como la sequía. Las gotas frías nunca caen encima de los pantanos, el agua se pierde, después de causar destrozos y desolación, amen de ruina para tantas familias afectadas y hasta vidas humanas. 

Hablemos de sexo; temperatura, presión y humedad, más el ‘pinchazo’ del ‘jet stream’ 


El grado de humedad no es un simple ‘tercero en discordia’, ni mucho menos; la humedad es el elemento ‘acelerador’ del fenómeno meteo adverso que supone la ‘gota fría’. Ello nos recuerda que – en la relación sexual – también intervienen la temperatura y la presión (o tensión), aunque lo realmente decisivo es el grado de humedad. Queda dicho a nivel de anécdota. En los mítines de Pablo había (se sabía) mucha braga húmeda; hoy todo es secano en sus intervenciones, incluso en verano. Íñigo no supo controlar la humedad y se llevó unos cuernos de 17 puntas. La interfecta (vaya tetas de puño) se buscó uno como el de la Arrimadas. En la Villa y Corte se rumorea que está arrepentida, ha comprobado que el barbilampiño (sin humedad) tiene futuro; en un país de memos e ignorantes, claro.