Ayuntamiento de Almagro |
Respecto de la Educación, competencia transferida a las comunidades autónomas, estábamos en los primeros años de la LOGSE, Ley Orgánica General del Sistema Educativo, se trató de una ley muy ambiciosa, sin tener en cuenta que quien mucho abarca poco aprieta, con luces y sombras, que ampliaba la edad de escolarización, pasando a ser obligatoria desde los seis hasta los dieciséis años, incorporando a las aulas a todos aquellos alumnos, más de cien mil, con necesidades educativas especiales.
La LOGSE incrementó la autonomía de los centros educativos, los planes de estudio se iban a desarrollar de forma compartida entre el Ministerio de Educación y las propias comunidades, lo cual resultó ser una entelequia, al hacer las comunidades de su capa un sayo, y proceder a desarrollos curriculares de andar por casa, algunos de ellos llevados al paroxismo en aquellas CCAA que poseían lengua propia, como Cataluña, País Vasco y Galicia; hasta el punto de que en un primer estadio hubo cuatro LOGSEs; tres correspondientes a las tres nacionalidades y una al resto de las catorce comunidades autónomas. En poco tiempo se pasaría a diecisiete de estas LOGSEs, convirtiendo a España en varios reinos de taifas ingobernables en materia de Educación, la situación fue de desorden y anarquía, que conllevó diferencias territoriales muy importantes, con la consiguiente frustración de padres y educadores.
En las regiones gobernadas por los socialistas la LOGSE se impuso sin tener en cuenta que suponía un cambio demasiado brusco para la mentalidad y costumbres del profesorado, no digamos ya de las propias familias que lo entendieron mal; se consiguió, eso sí, democratizar las aulas, al uniformar con chándal a los alumnos y alumnas, y a los docentes con tejanos y barba de tres días, en algunos casos los aditamentos pilosos llegaban hasta el día viernes. Se impuso el tuteo entre profesores y alumnos – llámame Tony, decía el maestro al alumno - que alucinaba por un tubo, como sus padres. Conceptos como ‘formación continua’ del profesorado quedaron reducidos a una mera declaración de intenciones.
Aumentan los problemas de convivencia en los centros, los hijos de los inmigrantes acceden a las aulas con desconocimiento absoluto del idioma español y suponen una rémora para el resto de alumnos; los profesores se desmotivan y no hay respuesta por parte de las diferentes Administraciones. En el momento de esta narración se observa un cierto impulso que duraría escasos cinco años, ya que a partir de 1996 la LOGSE se convierte en un pandemónium que inicia el camino de la descomposición, retroceden todos los indicadores del primer lustro, ante el frenazo provocado en los objetivos iniciales, entre otras razones por la falta de financiación adecuada, sin olvidarnos de otra ausencia, la relativa a la formación del profesorado.
Se constata la deficiente educación pública en Castilla La Mancha, con unos índices de fracaso escolar superiores a la media española, así como la pérdida de posición de la escuela pública y ello conlleva una caída estrepitosa del número de jóvenes que continúan estudios después de los dieciséis años; de la mano de una pacata oferta de formación en oficios, la formación profesional en lenguaje académico, que peca de inconsistente y se ve obligada a regalar los grados de formación, el medio y el superior, para cumplir las ratio exigidas. Los alumnos no ven salida profesional en ningún sector, a excepción, como venimos manteniendo, de los albañiles y la hostelería, ambos en precario, ya que los encargados o barman y sus colegas en materia de construcción u oficiales se encargan de impedir que sus subalternos obtengan conocimiento de la profesión, ante el peligro de que se conviertan en competencia laboral, como podremos comprobar en el transcurso de los años y estadísticas que ponen los pelos de punta: miles de jóvenes que no poseen el Graduado ESO y cientos de ellos que no obtuvieron el Graduado Escolar, a pesar de que se regalaba de parte de los Ayuntamientos en centros educativos que no eran tales, así como en universidades populares de municipios socialistas donde se daban, esa era la expresión, cursos de baile de salón y encaje de bolillos, financiados por los vecinos.
La LOGSE fue sustituida por la LOE, Ley Orgánica de Educación, en 2006; en 2002 el PP de José María Aznar promulgó la LOCE, Ley Orgánica de Calidad de la Educación, que no llegó a implantarse por decisión del gobierno socialista de Zapatero. En 2013 se promulgará la nueva ley, conocida como LOMCE, Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa; demasiadas leyes educativas, algo desconocido en los países de nuestro entorno, que han llevado al claro derrumbe de la Educación en España. Sus consecuencias son fáciles de adivinar.