Ayuntamiento de Manzanares |
En el pueblo se hablaba una jerga parecida al ‘caló’ de la gitanería, y sus habitantes salían a vender a pueblos vecinos, incluso alejados. Los republicanos habían ajustado cuentas con las familias sobresalientes del pueblo, y la represión de los nacionales fue brutal; para ejecutar rojos, o simples revanchas, se utilizaban sicarios como nuestro Demetrio, lo que permitía a los falangistas, de familias ultracatólicas, no mancharse las manos con aquellos asesinatos; trataban de poner en marcha una nueva Inquisición sin juicio sumarísimo, don Anselmo era uno de estos prebostes adinerados, ya afiliado con muy alto cargo, a Falange Española, y Demetrio era el mayor de sus bastardos, por eso Justino no se fiaba de su nuevo acompañante. El anterior, Andresillo, fue reconocido por un maquis, que le disparó en el comedor de su casa delante de la mujer y dos de los hijos.