MLFA - Vida entre mujeres: amores y tragedias personales. La generación de los años 50. Monogamia. Adulterio. Separaciones y divorcios. Kaos y traumas.
Encuentro anual correspondiente a 2020; el tema familiar era tabú siempre, señal inequívoca de fracaso generacional vergonzante. Licenciados y doctores se explayan sobre experiencias colegiales pueriles y se esconden sentimientos. A punto de cumplir 75 años, todos en tiempo de descuento. Algunos ya se fueron.
¡Recuerde el alma dormida, avive el seso y despierte contemplando cómo se pasa la vida, cómo se viene la muerte tan callando!
La foto de cabecera no tiene otra justificación que mostrar cómo somos a los 74 años quienes nunca pensamos que nos haríamos mayores, al menos tan rápidamente. Los fotografiados no se identifican por respeto a su intimidad; en la casilla superior izquierda aparece un servidor, el gesto es acorde con mi situación durante aquella Navidad, a la espera de una intervención oftalmológica de riesgo. La foto-pantallazo es de mi propiedad, al único que se reconoce es a Iñaki Anasagasti, personaje público (y polémico) durante cuatro décadas; congresista y senador por el PNV.
Silencio de los corderos que afectó a la clase media entre los '70' y los '90'. ¿Por quién doblan las campanas?
La pléyade de errores fue de tal magnitud que resulta increíble que hayamos llegado hasta aquí relativamente estables en lo emocional; el planteamiento de vida no tenía sentido, y el proyecto de futuro era inexistente, todo nos venía programado por los mayores y su concepto de sociedad 'postguerra'; de hecho, ellos solo querían que fuéramos felices, al precio que fuera. Desgraciadamente no podemos decir lo mismo de ellas, nuestras novias y esposas; las separaciones y divorcios las afectaron y de qué manera (a muchas de ellas). Abundaremos en el tema más adelante.
Nuestros progenitores: republicanos, ateos, católicos, agnósticos, o 'afectos', aceptaron la Iglesia como pilar
Colapso de la clave de bóveda de NPJP; al producirse de madrugada se evitaron decenas de muertes. Todo un símbolo de decadencia. 2012.
La clave de bóveda del 'sistema', durante la dictadura franquista y su 'nazional-catolicismo', era la 'monogamia': "Lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre". Partiendo de esta premisa, absolutamente falsa, se construyó el silogismo 'maléfico' que llevó a nuestros coetáneos a vivir en la frustración, esta generaba angustia y miedo. La mentira pasó a ser adminículo imprescindible en nuestro 'neceser' mental.
Hoy encontramos a la 'parejita', de 74 años cada uno, compartiendo el sofá de 1973 y un odio muy cordial
No se tuvo en cuenta la Biología (tan de moda actualmente); lo 'adecuado' era que la futura pareja fuera de edad parecida, ignorando que los 'relojes' biológicos de hombres y mujeres controlan los 'tempos' de forma bastante diferente, algo muy acorde con sus respectivas naturalezas.
En la fotografía tienen a Encomienda; amiga en 1975 y amante entre 2005 y 2007 tras divorciarse dos veces. Uno de los 'juguetes rotos' que mayor impacto me ha causado. Mujer hermosa, empleada administrativa, trabajadora inteligente y muy tenaz. No supo gestionar sus sentimientos. La foto ha sido sustituida al haber sido descargada por numerosos lectores de su comarca. ¡Bellísima! Enviada a los dos grupos de correo electrónico el 25/05/22.
Curiosamente; su último viaje, antes de recuperar nuestra relación treinta años después, tuvo como destino la ciudad de Kiev (Ucraïna). Nos llevamos doce años, diferencia de edad muy adecuada, en mi opinión. El problema radica en que uno mismo no sabe qué hacer con un 'juguete roto', de valor incalculable en origen, y termina agradeciendo el privilegio que supuso 'recuperar' una relación de antaño, aquel tiempo en que nos equivocamos muchos de nosotros.
¿Nos casamos enamorados? ¿Lo hicimos para 'escapar' de la casa del padre? ¿Estábamos preparados? ¿Ellas?
La sexualidad era muy básica; prácticamente se limitaba a la penetración, quizás arrumacos y caricias durante el noviazgo, y de 'sexo oral', rien de rien, eras tachado de 'degenerado'. No se comentaba la experiencia; de hecho se 'mentía' a discreción, eran las madres quienes aleccionaban a nuestras 'esposas' para que estas evitaran debates sobre sensaciones y sentimientos; 'orgasmo' era expresión sucia. Abundaban episodios de 'frigidez', que algunas achacaban a poca experiencia y 'mal hacer' sexual del esposo, el cual, me van a perdonar algunas lectoras, permanecía con la polla enhiesta y dura como el pedernal durante largo rato; ¿Cuál era su fallo? Más bien se trataba de fallos 'compartidos', mayormente por ausencia de diálogo. Por cierto, a nuestras esposas, lo de la 'penetración' pues como que no les hacía mucha gracia, ¿entonces? porque la polla 'blanda' mal y la 'dura' peor, ¿entonces? Recuerdo algunas expresiones pintorescas, del todo falsas y del tenor de: ¡Me muero! ¡Me vuelves loca! que aquellas buenas chicas nos espetaban a bocajarro a fin de ocultar que no sentían nada, más allá de la agitación propia del acto sexual, pero sin llegar a alcanzar el orgasmo. Los chicos se corrían, muchos de ellos sin mayor dilación, sabedores de que el acto resultaría incompleto.
En la fotografía la inefable Sabba; fuimos novios entre 1986 y 1968, año en el que se casó con un buen tipo. Recuperamos nuestra relación en 2008, de forma esporádica, y posteriormente en 2016 hasta 2018. Divorciada dos veces y con tres hijos fantásticos; resultó traumatizada por sus divorcios en 1986 y 2014.
Hoy mantenemos una relación de amistad; colabora en el grupo digital "Azuer", es interiorista a la vez que pintora. Vive a caballo entre Marbella y Palma de Mallorca.
Ha supuesto un gran apoyo durante el macroproceso que he sufrido entre 2012 y 2022. Sufre las consecuencias de un divorcio que, normalmente, penaliza más a mujeres que a hombres.
Sabba es una 'rara avis' en lo que afecta a la sexualidad; dulce al tiempo que innovadora, a sus 57 años practica sexo, en todas sus versiones, con todo el cariño de que es capaz, que es mucho, doy fe de ello; si bien es cierto que el divorcio ha dejado secuelas en ella, como ocurre en la mayoría de rupturas matrimoniales en nuestro país.
El matrimonio judeo-cristiano no se sostiene; no tiene sentido limitar la capacidad amatoria de las personas
En primer lugar; expreso mi respeto por todo tipo de uniones, incluida la que supone un matrimonio convencional; es decir, uno para el otro hasta que la muerte los separe. Algunos decimos: ¡Hasta que la muerte los libere! ya me perdonarán la maldad. Reconozco que no aplaudo las uniones entre homosexuales y entre lesbianas, por considerar 'antinaturales' las primeras, y 'desquiciadas' las uniones entre mujeres, fruto de inestabilidades emocionales en su mayoría. En cualquier caso; cuentan con mi respeto, que no es poco.
Casados a los 22/23 ellas perdían el deseo sexual a los 33/34 tras dos maternidades de rigor: ¡Inconcebible!
Con una expectativa de vida que rondaba los 80 años (datos de los '90'), resultaba que nuestra actividad sexual quedaba reducida a una década; ello era inadmisible para la Biología y cualesquiera otra ciencia, incluida la Sociología, de ahí que implosionaran los matrimonios; eso sí cada cual a su manera. Una de las soluciones a esta limitación sexual consistió en la práctica de la prostitución, si bien no fue muy frecuente en nuestra clase social; el adulterio tuvo más aceptación entre los hombres de la generación '50' y entre las mujeres de la generación '65'.
No me extenderé en lo que resultaba obvio; miedo al 'qué dirán' de nuestras familias y del resto de nuestro entorno social y profesional (no existía el divorcio); dependencia económica del marido en muchos casos; miedo a la soledad; miedo a las repercusiones de la separación en cuanto a la prole hacía referencia.
Uno de mis libros de cabecera (regalé unos cuantos) era "El miedo a la libertad" de Erich Fromm
Atenea fue el amor de mi niñez; ambos teníamos 11 añitos, habíamos nacido en el mismo pueblo, Arguedas de Navarra, vivíamos en ciudades diferentes; ella en Zaragoza y yo en Bilbao, y nos escribíamos con frecuencia. La relación se malogró al fallecer su hermano mayor Ángel en un accidente de moto; episodio trágico que afectó seriamente a Atenea.
Tras varios intentos de matrimonio que no prosperaron, según me enteré a lo largo de los años; seguíamos visitando nuestro pueblo en época de Fiesta Mayor, nuestro reencuentro se produjo en 2000 en Zaragoza. Resultó muy gratificante y efímero; ella estaba empeñada en contraer matrimonio, ambos habíamos cumplido 52 años, y yo no estaba por la labor. Feliz por habernos reencontrado pero incapaz de 'recomponer' aquel juguete roto, por mucho que lo mereciera. Goza de importante patrimonio, heredado de los padres, y vive en absoluta soledad, en la nostalgia de los suyos, que ya no están entre nosotros. Espero verla este verano en mi viaje de la Nostalgia. El pasado día 8 de mayo cumplió 74 años, se conserva divinamente. La fotografía es de 2018, aunque no es de muy buena calidad. Retiene belleza.
Teníamos 52 años cuando nos reencontramos; muy cariñosa me expresó su rechazo a una relación sexual
Argumentó que, debido a la menopausia, las relaciones sexuales resultarían harto dificultosas; hasta se permitió mencionar la expresión 'lubricación'; alucinado, respondí que 'yo mismo la lubricaría con saliva', no le debió gustar aquello, ella pertenecía a la generación de los '50'. Nuestra relación; ella en Zaragoza y yo en Barcelona, duró un año, al cabo del cual me devolvió el rosario de mi madre y le pedí que se quedara con todo lo demás. Me disculparán la maldad de la 'saliva', pero no se me ocurrió boutade más apropiada ante la 'limitación por falta de lubricación', como si el 'gineceo' fuera un motor de combustión interna.
Las de los años '65' tampoco eran de 'fellatio' hasta que se divorciaban; entonces lo aceptaban, con reparos
Aunque pueda parecerlo; no estoy frivolizando ni muchísimo menos, la narración cruda y descarnada se atiene a hechos dramáticos que han venido aconteciendo en el seno de una sociedad teóricamente cultivada y formada; me estoy refiriendo al segmento de la sociedad española que mejor conozco y al que pertenezco, al igual que ellos y ellas. En una gran mayoría somos licenciados y doctores, nosotros y nuestras parejas, como lo fueron nuestros padres y abuelos y los de ellas.
No quiero pensar, ni me compete, en las relaciones sexuales de miembros de clases bajas en el franquismo
Conocí a Madinat al Zhara en 1983 en Ibiza; era guapísima y sigue siéndolo a sus 62 años, el enamoramiento era mutuo y de gran intensidad, si bien es cierto que no estaba por la labor de separarme de la madre de mis hijas. Nos movíamos por Sevilla, Córdoba (su ciudad) y Algeciras; su madre me trataba muy bien, todavía la recuerdo con cariño.
El reencuentro se ha producido el pasado mes de abril en Málaga; divorciada y con dos hijos de 27 y 24 años, mantiene excelentes relaciones familiares, si bien es cierto (yo hago mucho hincapié en ello) que los divorcios entre los nuestros resultan excesivamente traumáticos.
Curioso; buscamos reencontrarnos con aquellas personas que conocimos y amamos ¿Nos comprenderemos?
La madre de mis dos hijas y abuela de siete nietos; no hablo de ella por respeto a toda la familia. Apodada Cruel-la. ¡Erramos! No existe relación alguna.
La prole y el cuidado de la misma resultó ser la excusa perfecta para reducir, cuando no extinguir, el deseo sexual y consiguiente práctica amatoria. Era curioso porque la mayoría de nuestras esposas eran profesionales que trabajaban en calidad de funcionarias (la mayoría de ellas) o bien en empresas privadas de cierto postín, y de los niños se ocupaban empleadas domésticas internas o interinas. También se ocupaban de nuestros hijos los educadores de los colegios, habitualmente eran privados, y los docentes pertenecientes a universidades privadas o públicas. No obstante; todos recordamos: ¡Me duele la cabeza! ¡Tengo lumbago! ¡Y es que los nervios del trabajo pueden conmigo!
De nada servía compartir lecho; mala praxis, si no eran 'nervios', era 'lumbago' y las oportunas 'migrañas'
Conviene recordar el efecto "Nido vacío" (abandono del hogar de los hijos por emancipación); los esposos ya no tenían excusa, podían 'dedicarse' a ellos mismos. No ha sido así; la pérdida del 'deseo sexual' de la que venimos hablando y una sexualidad incompleta, por no decir inane; la ausencia de 'admiración' entre los cónyuges, los agravios comparativos en todo lo referente al trabajo doméstico; y en definitiva: el 'aburrimiento' compartido, en parte por la absoluta falta de interés de nuestras mujeres por la 'res pública' y por los avatares políticos, (el de la foto soy yo, es bastante mala). Muchas son adictas a 'Telecinco'. (A pesar de su formación, y quizás por su frustración).
No tiene sentido psico-socio-intelectual compartir tu vida (un mínimo de 50 años) con la misma persona: ¡Agravios!
A los 74 años comienza la etapa de la 'decrepitud', esta coincide con enfermedades concurrentes ya cronificadas, y con muy grave riesgo de padecer 'cánceres': Próstata, Páncreas, Hígado, Riñón, Ovarios, Glándulas mamarias, y todo tipo de cardiopatías de consideración. No podemos ignorar las enfermedades mentales propias de la 'senilidad'.
No habrá 'acompañamiento' ¡Quiá! se derivará al esposo o a la esposa a la residencia correspondiente
Se desvanece el mito que consistía en: ¡En la salud y en la enfermedad! y se pone de manifiesto que la 'soledad' (asumida voluntariamente) no tiene porqué ser 'traumática', les ruego que lean mi opinión al respecto en la cabecera del blog privado e intimista "Azuer Diario".
"No hay soledad donde hay saber, conocimientos e información veraz" (MLFA, 2021)
No puedo pasar por alto el SAE (Síndrome del Abuelo Esclavo); es ese señor, licenciado o doctor, profesional de bandera, que no dispone de despacho a pesar de residir en un piso de 200 m2, y al cual se le 'aparca' con su ordenador (que sea portátil, por supuesto) en un rincón de la salita 'de diario', del cual se ve desalojado varias veces al día por razones 'de extrema necesidad': Eroski, idas y venidas a los colegios de nietos y nietas, ítem más: Basquet, Hockey hierba, Ballet, Guardias permanentes y un largo etc. La abuela hace causa común con la hija y disfruta organizando la agenda del marido y compañero. ¿Para qué quieres tú un ordenador a tu edad? ¿No estás harto de ordenadores? Solo los médicos disponen de despacho en su domicilio; con ellos las mujeres transigen ¡Faltaría más! Por cierto; a las cenas de los sábados no acuden los abuelos, se quedan cuidando de los nietos.
Un ingeniero nuclear (73 años) me decía orgulloso: ¡Sólo leo libros técnicos! ¡Mi mujer me ayuda en la cocina!
PS - En consideración a su situación personal y familiar no aparecen reflejadas Margot, Yutta, Giulietta, NG, PC, Blanca y Alda Mirian. Todas ellas reencontradas, permanecen en mi corazón. También por respeto y consideración a muchas personas he omitido el trato dispensado a los mayores durante la pandemia de 'SAR-CoV-2'. Mi amigo Antxón siempre me decía: ¡Morirás solo, nadie te cogerá la mano! El entrañable gudari, mi amigo querido, casado desde 1974 con Mireia, su novia de chaval, ha fallecido con 72 años, en la más absoluta soledad (la mano fue de la enfermera), por 'Covid' al principio de la pandemia. Su familia no pudo asistir al sepelio, ni tan siquiera pudieron velarlo.