viernes, 15 de noviembre de 2019

Fernando Ónega y la soledad del corredor de fondo "a la gallega"

MLFA 
Comenzó de la mano de Suárez y Juan Carlos I; su último libro cierra el ciclo de Ónega: dedicado a Juan Carlos.

Hace años que tenía la pretensión de ‘enfrentarme’ dialécticamente, y con el debido respeto a su persona, al hombre – cuando menos oscuro – que le escribía los discursos a Adolfo Suárez apuntalando la ‘reforma’ – conocida como Transición del 78 – que nos ha traído al lodazal de mierda de piara que es hoy la política española. Sus servicios a Adolfo Suárez, a la Corona y a todos los gobernantes habidos durante las últimas cuatro décadas en España, situaron a Ónega, el inventor del ‘puedo prometer y prometo’ que puso en boca del gran Jefe de Falange Nazional, en una zona ‘gris’ inquietante para gran parte de la sociedad española. Y ‘gris’ se mantiene a los 72 años, sin obligación de jubilarse a la fuerza, como ocurre en tantas profesiones. 

Ónega ejercía de ‘gallego’ en el sentido más negativo del epíteto en Latinoamérica 

Siempre en los aledaños del ‘Poder’, sumiso (como buen gallego), desairó a Rosalía de Castro que arengaba a sus paisanos haciéndoles ver que “no debían agachar la cabeza cuando se desplazaban a Castilla a recoger lanas y algodones”. Ónega, por el contrario, no desairó a quienes detentaban la autoridad política y social, mucho menos a clérigos y militares. Sus ‘pellizcos’ a ciertos líderes en los medios de comunicación eran la ‘engañifa’ de la que se servían sus editores para 'enlucir' una pátina de ‘rebeldía’ contra el ‘Sistema’, del todo inexistente. 

Hoy, de madrugada prostática, escribe sobre la ‘soledad’, su edad y su crío de 16 años 

El artículo es mate y la foto con Felipe González de color sepia.

El artículo es de color ‘mate’ (el brillo, en España, resulta sospechoso), como todos los suyos; bien estructurado, nada meritorio después de 50 años en la profesión, y es revelador de la soledad de este corredor de fondo que ha sabido ‘nadar y guardar la ropa’ como nadie en este país. A los 72 años, la nicturia – probablemente – ha hecho su aparición y suele ser causa de melancolía del amanecer. Hoy se ha atrevido a disertar ‘ex cátedra’ (es el modelo de expresión que utiliza normalmente en sus monólogos) siendo así que no vive en soledad, según él mismo confiesa. Esta madrugada se ha solidarizado con el millón y medio de españoles que vivimos la ‘soledad’, a la que ha tildado de gravísimo problema de nuestra sociedad. 

Ónega podría hablar de la convivencia en una astronave o de la ‘morriña’ del preso 

Ónega escribía los discursos de Adolfo Suárez; es el autor de la frase: ¡Puedo prometer y prometo!

Y podría hacerlo porque es capaz de todo y de nada, como la mayoría de periodistas que provienen (y mamaron) del franquismo puro y duro; en este hombre se concentra la duda etérea (intrascendente), la del gallego que, a nuestra impresión, se desconoce si sube o baja la escalera. Servidor, hijo de gallega enorme, como él, sabe que esa ‘duda’ es una falacia; el gallego no sube ni baja, permanece estático, así no le pueden dar por ningún lado, que es de lo que se trata cuando uno pertenece a un pueblo humillado y oprimido y, por ende, acomplejado, a pesar de contar entre sus filas a paisanos ilustres, hombres y mujeres de Galicia, que asombraron al mundo; Ónega se limitó a ‘asombrar’ a editores de medios audiovisuales y escritos; ello debido a su gran capacidad para defender el sistema ‘simulando’ que lo atacaba. Recuerda a Iñaki Gabilondo de PRISA y PSOE

¡Don Fernando! (como le dicen a Vd) la soledad es creativa y generadora de paz y sosiego 

La soledad – en nuestro país – es frustrante y generadora de melancolía y depresión para nuestros mayores coetáneos debido a la ignorancia y al analfabetismo generado por el franquismo primero y, posteriormente, por los grandes poderes políticos y mediáticos a los que usted ha servido sin tan siquiera un ápice de crítica efectiva. La soledad resulta muy dolorosa (de eso no dice una palabra) para quienes no han leído un libro en su vida, para quienes no escriben o ‘arrejuntan’ palabras en un texto, a pesar de que Internet se creó para ‘tontos’. Resulta dolorosa la ignorancia, estando solo o acompañado; más dolorosa para el viudo hispano que – en su puta vida – ayudó a la parienta (y madre de sus hijos) en las labores cotidianas de limpieza y cocina. Y ahora a la vejez; latas de fabada y microondas a tope, con el azúcar y el colesterol disparados; y mucha TV, para verle a usted sonriendo a las presentadoras de rigor. Y mucha soledad; si apaga la TV no hay nada. Y si enciende la radio vuelve con usted y con sus 'iguales', que no está solo en las ondas, por desgracia. 

Hoy no se respeta a los viejos (dice Vd); los jóvenes conocen el ‘paño’ y ‘pasan’ 

Hoy el ‘abuelo cebolleta’ del que habla en su artículo no resulta interesante porque no tiene nada que contar; ya se ocuparon sus buenos amigos Felipe y el Guerra de mantener a los ‘cebollos’ en la ignorancia consuetudinaria. Tarea secundada por sus otros amigos de la derechona liderados por Planeta y compañía; y los que publican sus libros sobre el ex monarca disoluto a quien rinde pleitesía, como buen gallego. 

Dirige loas a ‘La Caixa’ y su tarea social; ¿Le han pagado el artículo? pregunto 

Resulta evidente la empatía recíproca entre periodistas y políticos durante la Transicion de 1978.

Hablamos de la entidad que abona más de 300.000 € al año a la hija de su admirado monarca, ¿por ocuparse de los jubilados suizos? Hoy se dirige a los lectores desde ‘El Diario’. ¿Acaso se maliciaba que gobernaría la izquierda? ¿Para cuando una entrevista a Irene Montero? Ella también tiene hijos pequeños, como usted y, lo más importante para un periodista como usted, es la mujer de un vicepresidente del Gobierno español.

Por cierto; Pablo no quería a Irene como "vice", quería ser él ¿No le interesa el tema?

He aquí el verdadero problema de España: periodistas y dirigentes políticos compinches de risa y complicidad.

Es tarde para redenciones; los “viejos.es” son vuestros viejos, solos y analfabetos. La Irene también se quedará sola, pero es más letrada y maneja ordenadores. Eso son temas para un periodista de la categoría de Ónega. ¿Por qué rompió la baraja Pablo Iglesias en julio? Eso sí que importa a los ciudadanos viejos, no los cuidados de la Infanta a los jubilados suizos.

PS – Como estrambote; un ignorante “sólo” puede salir adelante si le proporcionan medios (como usted bien dice), pero medios públicos, no de La Caixa, que no sabe que hacer con sus 2.000 despidos. Dos ignorantes “juntos” pueden convivir (pero) de forma aterradora. Herencia de la Transición 78.