miércoles, 17 de enero de 2018

La Unión Europea es un simple Tratado de Libre Comercio Global

MLFA

Bruselas no contempla los delitos de 'Sedición' y 'Rebelión' a la española y nos ha puesto en evidencia.


Era más exacto denominarla CEE (Comunidad Económica Europea), como se hizo antaño; a esa precisión se debió el cambio de denominación por el de UE (Unión Europea) con el que se trató de mejorar la ausencia de sentimiento identitario europeo en la ciudadanía de los diferentes países que formarían parte de esa amalgama de mercados conocida como Europa. El conflicto catalán ha provocado pánico en las Instituciones europeas al socavar la base sobre la que se asienta la propia UE, es decir, la comunión entre Estados absolutamente diferentes; resultaba fácil en el terreno económico, no así en el socio-político; Dinamarca y Bulgaria se parecen entre sí como un huevo a una castaña y no aspiran a que eso cambie.

Justicia, Fiscalidad, Defensa y Asuntos Exteriores resultan diferentes y (a veces) antagónicos

Acabamos de descubrir que nuestros Códigos Penales son diferentes; es tremendo constatar que la justicia española puede encerrar de por vida a alguien que ha cometido de forma presunta un delito de ‘desobediencia’, al ser considerado el mismo ‘rebelión’ por el máximo órgano de la misma, el propio Tribunal Supremo. Tremendo resulta ser el encarcelamiento preventivo inmediato de políticos considerados altamente peligrosos, algo más propio de dictaduras no sometidas al imperio de la Ley. Bélgica ha enmendado la plana a nuestro sistema judicial rechazando la ‘euro-orden’ emitida contra Puigdemont y sus consellers. Hemos dicho ‘diferentes’, podríamos hablar de ‘antagónicos’.

Los españoles mejor informados, aquellos ciudadanos formados y críticos, constatan y ponen de manifiesto en sus diferentes entornos sociales, económicos y políticos, que no existe ‘armonización fiscal’, mucho menos ‘defensa compartida’ (del lío de Perejil nos salvó EEUU), tampoco ‘política migratoria común’, ni tan siquiera una ‘voz única o unificada’ en cuanto a las 'relaciones exteriores' con otros países se refiere.

Por no compartir, no compartimos, ni tan siquiera, información policial antiterrorista

El español, ladino como nadie en Europa, no se siente ciudadano europeo; aprovechó el caudal dinerario que a modo de Rhin llegó de las ‘Europas’ al considerarlo como una especie de plan ‘Marshall’ que llegó con cierto retraso a nuestras riberas. Atento a semejante lluvia de millones (recibida por todos los sectores productivos) durante más de veinte años; ya ha dejado de estarlo y vuelve a considerar a sus perfectos ‘desiguales’ socios comunitarios como putos ‘guiris’ que destrozan nuestro país, en especial aquellas infraestructuras que levantó España con su dinero (el de los ‘guiris’).

Son los mismos ‘guiris’ que nos despreciaron siempre, pero mucho más pobres