martes, 31 de octubre de 2017

El 'tertuliano' televisivo, elemento clave en manipulación mediática

MLFA

‘Elemento’ en su doble acepción; al ser instrumento que forma parte del engranaje manipulador, al tiempo que (en sí mismos) se trata de elementos y elementas capaces de venderse al mejor postor. Representan lo peor de la España cainita y se enfrentan entre ellos con sables de madera; no en vano son conscientes de que su objetivo, los ‘caínes’ y ‘abeles’ (o como ellos dicen: los españolitos de mierda) que constituyen su audiencia, están deseosos de golpear a traición al discrepante y, si ello fuera posible, hacerlo con quijada asesina. Es absolutamente irresponsable ‘azuzar’ a los ciudadanos como si fueran rehalas de perros de caza y presa.

Los tertulianos saben de todo un poco; no adquieren sus conocimientos por ciencia infusa, mucho menos por formación académica; lo hacen a través de informes sesgados que extraen del caudal de información que ‘administran’ las agencias de prensa, que vienen a ser a la comunicación lo que las agencias de calificación para el sistema financiero.

Admitido por ellos mismos que ‘han oído campanas pero no saben donde tañen’, se esfuerzan en que el mensaje llegue al mayor número de espectadores y para ello tiran de atrezzo, vulgo vestimenta, conscientes de que la imagen supone el 70% de la valoración inicial del producto, el 20% afecta al contenido, y el 10% restante a los malos modos y estridencias con que adornan sus intervenciones. Es un clásico en las tertulias lo de: “Yo no soy experto en esto…” para, a renglón seguido, opinar ex cátedra sobre el tema del que no se consideraba ‘experto’ el jodido tertuliano.

Canalillos y meandros pectorales que discurren entre pechos lacios sujetos por arbotantes textiles de última generación; maquillajes infinitos que crean rostros de cerámica; melenas y flequillos al descuido (son los mismos que se reían de Trump); alopecias exultantes, en la mayoría de casos o bien, discretamente ‘ocultas’ en otros que son de sobra conocidos; en definitiva, personajes de comedia de pueblo cuyo género preferido es la farsa. Pueblo que cambió la silla de tijera en la plaza por el sofá moderno en la sala de estar.

En los últimos tiempos hemos asistido a la aparición del tertuliano ‘de partido’, éste ya existía, de forma encubierta; ahora lo hace a la puta cara: el tertuliano del PP, malencarado y de media sonrisa displicente, que ataca antes de ser agredido por las fuerzas mediáticas del mal y resulta ser el íncubo moderno; y el tertuliano ‘progresista’ sin afiliación a partido, que lanza mandobles (soflamas) para enardecer a la audiencia (en algunos casos a la propia Audiencia Nacional) y que termina envainándosela, no sea que el ‘sistema’ se vea agredido y pierda los 300/500 euros por programa. Existen ya escuelas que imparten cursos para ‘tertulianos’, ¡abstenerse gordos y feas! (lo dicen en su folleto de inscripción). 

El descrédito de las tertulias televisivas es de tal magnitud que los responsables de las cadenas (nunca mejor dicho lo de las cadenas) tiran ya de banquillo ‘senecto’ y pasean por los platós a vejestorios mediáticos que fueron ‘alguien’ durante la Transición y que, al no sujetarse los pedos por razón de edad, lanzan sus ventosidades a la audiencia, que no llega a percibir el aroma-miasma gracias al ‘plasma’, siendo así que lo ha escuchado perfectamente, me refiero al pedo inicuo.

El tratamiento mediático llevado a cabo por mor del conflicto catalán ha resultado ser tan vergonzante que millones de españoles han vuelto a la TV del Cuore, la telebasura ha resultado ser un bálsamo de Fierabrás capaz de aliviar a tantos y tantos españoles manipulados políticamente; por cierto, en cuestión de tetas y canalillos tampoco tienen rival (los de la telebasura).

PS - A primeros de Diciembre comparezco de nuevo en los Juzgados de Ciudad Real; no obstante, intentaré disponer de tiempo para diseccionar y exponer a la luz la actitud de los 'conductores' de tertulias e informativos españoles, así como a los nuevos y nuevas 'entrevistadores', caracterizados por su impertinencia 'pactada' con el entrevistado y más atentos a su 'ego', sobre todo si son hembras, muy atractivas, por supuesto. Lo de 'atractivas' es condición 'sine quanon', lo de 'competentes y formadas' es prescindible, claro.