martes, 6 de noviembre de 2018

'La Saga de la Encomienda' por Martín L Fernández-Armesto (045)

Ayuntamiento de Corral de Almaguer

Ambas grandes obras, necesaria una y de dudosa rentabilidad la del tren de alta velocidad, que resultó ser el embrión de la corrupción política en España, con franceses y alemanes poniendo maletines cargados de dinero en la mesa de dirigentes socialistas y empresarios amigos, con el objeto de vender al gobierno de González su tecnología ferroviaria; suponían una reducción de viajes por carretera en el caso del AVE, que empleaba tres horas en el trayecto de Madrid a la capital hispalense; y una mayor rapidez de los vehículos a través de aquellos sucedáneos de autopista, que contaban con dos carriles por sentido de marcha y una mediana continua que impedía el cambio de dirección, además de desanimar al conductor a parar como antaño, con comida y copa de sol y sombra incluido, en los restaurantes de carretera. A salvo las paradas obligadas en la gasolinera para abastecerse de carburante; gasolineras reconvertidas en Áreas de Servicio, que ofrecían todo tipo de productos, incluidos alimentos y bebidas, al viajero que había parado a repostar y estirar las piernas. 

Se comprobaba la bajada de las pernoctaciones; lo cual dificultaba cada día más aquellos encuentros amorosos entre Mercedes, la hija pequeña de Demetrio, y su atrevido y apuesto galán, agravada la situación por un nuevo idilio adulterino en la corte de los Expósito, necesitado de clandestinidad y usuario por tanto, de las habitaciones del hostal, que al no estar ocupadas como antaño, hacían más peligroso el tránsito por aquellos pasillos vacíos y silenciosos, sobre todo si tenemos en cuenta que la nueva hembra, en este caso adúltera, más que gemir gritaba cuando alcanzaba el orgasmo, gritos que el arriesgado Nemesio, ‘Neme’ para los compañeros, por no decir suicida, camarero y familiar de la nuera mayor de Demetrio, intentaba silenciar tapando la boca a aquella desgraciada, con lo que se perdía el momento cumbre. Hablaremos de esta relación ilícita más adelante, ya que resultó la más duradera, pero que trajo serias y gravísimas consecuencias para el fornicador, casado también, pero que era de aquellos que consideraban que resulta más sabroso el maíz en corral ajeno, a pesar de aquellos gritos de placer desmedido de aquella hembra, exuberante como una diosa, de nombre Alicia, que cuando practicaba la coyunda con el ‘Neme’ parecía estar en el país de las maravillas, a tenor de los gemidos y gritos de acompañamiento y alborozo sexual. El siniestro ‘chincheta’, que suponía un peligro añadido, acudía poco a la cafetería del hostal, y nunca en las horas que pudieran suponer un riesgo para los amantes clandestinos, además sospechaba que podían contaminar su café, ya de por sí de ínfima calidad, al haber caído en desgracia, por bacinear aquél momento de pánico del patriarca a la muerte del Caudillo. 

El AVE Madrid-Sevilla, y el hecho de que la Nacional IV fuese de las primeras vías en ser desdobladas en plan autovía hizo sospechar a muchos españoles que se marcaba desde ya el territorio del socialismo felipista, que incluiría a tres grandes extensiones: Interior de Andalucía, Extremadura y Castilla La Mancha, que se convertirán en graneros de voto socialista, con el beneplácito de la derecha, como se podrá comprobar fehacientemente en años venideros. 

En plena orgía socialista, el desasosiego de Demetrio, incapaz de analizar la nueva situación política española con ecuanimidad; Demetrio, el hombre que se caracterizaba por su capacidad de previsión y acierto, decidió enviar emisarios a Quintanilla, la responsabilidad recayó en el hijo menor, un botarate que ejercía de vago y asiduo visitante de los nuevos clubes de alterne que, igual que hongos en otoño, brotaban en la carretera nacional, a lo largo de las rectas de la planicie manchega, en unas condiciones de higiene deplorables y con el consiguiente riesgo de trasmisión de enfermedades venéreas; será en el siguiente año de 1983 cuando el mundo se desayunará con aquella portada del ‘Time’ USA, que anunciaría la aparición del SIDA (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida), con su sigla en inglés AIDS. Con la excusa de visitar a los suegros de su padre, llevaba el encargo de visitar a una mujer, Quiteria, antigua amistad, quien había sido prevenida por teléfono, que, además de alegrarse de la visita y hacerles algún regalo a Emilio y María, les entregaría una carta con las novedades del pueblo, deberían alquilar un automóvil, dejando su flamante Citroen DS21 en el garaje del hostal, algo que debería extrañar a Emilio, pero no hizo mención alguna al respecto y alquiló un Mercedes en Ciudad Real, que le trajo un propio hasta “Zagala”.