Dirigente del SLMM
Portavoz del Comité Intercentros de 'Trasmediterránea' (3.000 empleados)
Cofundador de la EIA primigenia
Resulta de gran importancia conocer la urdimbre socio-política y eclesial que condujo a personas decentes y formadas, incluidos intelectuales, a la organización de lo que terminó siendo una banda asesina implacable que, a modo del dios Saturno, terminó devorando a sus propios hijos. Al principio era el verbo – ya hemos recordado el verbo ágil de Etxebarrieta – que se convirtió en bucle maléfico del que resultaba muy difícil salir, y que ya habitaba entre nosotros. Entre mis recuerdos indelebles; no recuerdo de quien partió la idea, lo cierto es que comenzamos a reunirnos en casa de los padres de KS, un amigo idealista que terminó siendo presidente del Athletic de Bilbao, y en la órbita política del PNV, como la inmensa mayoría de mis compañeros de estudios y amigos (cuestión de oportunidad social y política, el PNV es un régimen en sí mismo). KS proponía la creación de una fuerza política, compuesta por universitarios, que trabajara por la liberación e independencia de Euskadi en paralelo a la actividad violenta desarrollada por ETA, que había penetrado en el laberinto o bucle, del que ya hemos hablado, con sus diferentes facciones, producto de escisiones de orden ideológico, y, sobre todo, de la aceptación o rechazo de la lucha armada. Que no cunda el pánico; no nos vamos a ‘enrollar’ por ahí; ETA V, ETA VI, ‘Milis’, ‘Polis Milis’, y hasta VII y VIII, todo eso ha sido explicado y manipulado por gente de las cloacas del Estado.
Cloacas que hacían la ‘vista gorda’ en determinados casos; a lo ‘Aldo Moro’