En el Reino Unido de la Gran Bretaña no existen movimientos de ultraderecha y el ‘Brexit’ es la medida preventiva más importante y decisiva para evitar que puedan existir, en el futuro próximo, en su territorio; la inmigración no se consideraba, hasta ahora, un fenómeno social distorsionador de la sociedad británica. Sus ‘inmigrantes’ eran parientes, pobres eso sí, de una gran familia, la Commonwealth, que agrupa más de 50 países de los 5 continentes unidos por múltiples lazos; lingüísticos, culturales, económicos y comerciales. La Reina de Inglaterra era, hasta nuestros días, el aglutinante simbólico, la argamasa entre bloques que permitía levantar pilares que apuntaban al cielo.
Era la única inmigración que Gran Bretaña estaba dispuesta a aceptar en su isla