lunes, 24 de septiembre de 2018

Se trata de "globos-sonda" muy conocidos en este mundo del PSOE

Pepinus 
Teresa Cunillera, Delegada del Gobierno en Catalunya

Lo siento señora Cunillera (Conejera en castellano), pero "el infierno se halla pavimentado de buenas intenciones", porque: 

1) No se puede indultar a quien no ha sido condenado. 

2) No se puede pretender que los Catalanes Independentistas vean la Justicia española como vinculante. 

3) Resulta insultante suponer que Puigdemont, President legítimo de la Generalitat de Catalunya, se acoja a un indulto, cuando ha actuado siempre en virtud de las potestades que le han conferido los electores. 

4) El indulto conlleva una aceptación pasiva del "perdón", lo que implica que se admite, al beneficiarse de él, una culpabilidad. Tengo entendido que quienes se hallan actualmente en la cárcel o el exilio no se sienten culpables de nada y sí satisfechos de haber aunado coherentemente la palabra con la acción. Aceptar pues un indulto implicaría "de facto" un acto de contrición y de apostasía política: Difícil de explicar luego a sus seguidores. 

En todo caso, lo único que puede hacer la magistratura (y dudo que lo haga) es retirar los cargos y poner simplemente en libertad a los encausados, pero el "indulto" como "regalo angelista envenenado", le animo a usted a que se lo meta por donde le quepa. 

Lamento sólo que en el frente independentista (recuerdo el acto pro-presos en el Parlament) se reclamase más la liberación de los presos políticos que no la propia y gallarda inclusión entre los mismos, dicéndole al Juez: "O me detiene usted a mi también como culpable de "sedición", o le meto a usted un paquete de tres pares por prevaricación". De haber actuado así, la República catalana estaría hoy más cerca de ser una realidad, en todo caso, si los millones de votantes pro-independencia hubieran suscrito esa misma "asunción de culpabilidad"... Y a ver si tenía el Juez valor para meter a media Catalunya en el trullo. Hoy, el juego es político y la realidad de un país que se anhela libre se halla en manos de gente asaz dudosa y poco valiente (presos y exiliados aparte, ellos sí, siempre en mi corazón).