Javier Pérez Royo
Catedrático Derecho Constitucional
La monarquía no tiene ni puede tener una justificación racional en democracia: choca con los principios de igualdad y representación. En las democracias constitucionales, la institución monárquica ha dejado de existir o ha pasado a ser dependiente de la opinión pública, fuente de su legitimidad. La institución monárquica choca frontalmente con los dos principios básicos en los que descansa el Estado constitucional democrático: el principio de igualdad y el carácter representativo de todo poder político. Si hay algo que el Estado constitucional democrático no puede tolerar es que jurídicamente se configuren distintas categorías de individuos jerárquicamente ordenados. Para evitarlo fue para lo que se inventó el concepto de ciudadanía, que supone la equiparación jurídica de todos los individuos, independientemente de sus diferencias personales.