Monumento a Rosalía de Castro |
Mi madre, doña Elisa Fernández-Armesto, licenciada en Filosofía y Letras, gallega de Orense (La Rúa Petín), nos leía poemas de Rosalía de Castro en gallego; ella, como Rosalía y yo mismo, era el paradigma de la melancolía gallega (quizás por eso mismo admiraba tanto a la gran poetisa del siglo XIX), cuyo mérito es reconocido en todo el mundo: era mujer y escribía en gallego, un idioma menospreciado por los españoles (algo de lo que se dio cuenta el listo de Fraga Iribarne, gallego y medio vasco, como un servidor, vasco y gallego; y que le sirvió para llevar a los gallegos a la derecha política: Fraga solo tuvo que respetar la lengua de Rosalía de Castro).
El fascismo, preñado de nepotismo; corrupción, contrabando y narcotráfico son de 'AP-PP'