Hégira del 07/01/1986
Cuando llevaba 18 años navegando por todo el mundo; incluidas varias 'zonas de guerra' (que así se denominaban para nosotros los conflictos bélicos) y el final de la descolonización del continente africano (experiencia inolvidable); se produjo mi separación matrimonial y recuerdo perfectamente las palabras de un sacerdote - hoy es arzobispo - amigo: "Los marinos sois como nosotros, absolutamente libres, y debéis aceptar el celibato, como nosotros", le respondí que el hombre es consustancial a la sexualidad; él dijo: "Yo soy célibe, Martincho, pero no estúpido...". Me hizo mucha gracia porque me recordó a otro cura amigo, este era italiano y militante comunista y le interpelé por ello (el cura vivía como un jodido capitalista, en Roma); me respondió (en italiano): ¡Soy comunista, pero no estúpido! en definitiva: los curas son folladores y comunistas; pero no son estúpidos, si exceptuamos los que conspiraron contra mí y me arrastraron hasta los tribunales. Mi 'libertad', mi absoluta libertad, me permitió presentarme en el Vaticano y conseguir las prejubilaciones (incluida la de un obispo prior) y los traslados de párrocos, traslados que pueden considerarse 'destierros' en toda regla. Resulta imposible ejercer tamaña 'libertad' si no eres absolutamente 'libre', valga la redundancia.
El estúpido fui yo; no debí romper mi matrimonio, fue un gran error, aunque no he vivido mal