Ayuntamiento de Quintanar del Rey |
La construcción jalaba de la economía y lo hacía sin tener en cuenta el urbanismo exigible, en algunos casos con deficientes redes de saneamiento y distribución de aguas, al no existir control municipal, ocupados como estaban los regidores en la firma de licencias y el cobro de comisiones ilegales que corrompieron a funcionarios y empresarios, además de a ellos mismos. La gran corrupción comenzó en los ayuntamientos, gobernados por el PSOE en Andalucía, Castilla La Mancha y Extremadura; y por el PP en gran parte del resto de España; siendo reina de la misma la Cataluña de los Pujol y su partido corsario, nombrado CIU, y fruto de la fusión entre la nueva burguesía catalana y aquellos meapilas, no menos corruptos, de ‘Unió’, quienes serían, más adelante, arrojados al alcantarillado de la historia de infamia de la Cataluña vejada para siempre por elementos como Pujol y Durán i Lleida, acompañados de Mas y toda aquella patulea de corifeos, que se acercaban por los madriles con sus incómodos cuellos de camisa, al asalto de las suites de los mejores hoteles de la capital del Reino, de las que se hicieron dueños por usucapión, a lo largo de tres décadas. La escopeta nacional se había convertido en un rifle de asalto en 1982, presto a ser utilizado, como se pudo comprobar en años posteriores.