Martintxo - Capitán de la Marina Mercante. Mercenario en la guerra de Vietnam. Enero a Diciembre de 1971. Estudioso de la guerra de Indochina entre Vietnam y Francia de 1955, publicó sesudos análisis de la mano de Max Euren, capitán de la Marina Mercante francesa, que participó como oficial de artillería en aquella guerra colonial. Ambos coincidieron en Arenys de Mar entre 1986 y 1996 e intercambiaron sus experiencias en el Delta de Mekong, compartiendo la opinión de que el pueblo vietnamita era digno de admiración y respeto.
La foto se tituló "El terror de la guerra" y "La niña del Napalm", Kim Phuk de 9 años, y se tomó el 08/06/1972. Kim jugaba con sus amigos en el patio de un templo cuando cayó la bomba de napalm, corre con la piel abrasada cayéndose a pedazos. Existen dudas acerca de la identidad del fotoperiodista: Pudo ser Nick Ut o bien Nguyen Thanh Nghe, ambos fotoperiodistas de AP (Associated Press).
Estas dos fotografías copan la cabecera de mi primera historia vital, tras poner popa a mi país este otoño de 2025, e inundan mis abrasadas retinas desde entonces; no existían gafas de sol "graduadas" -como actualmente- y puedo asegurar que aquel sol era un asesino cruel -quizás nos lo merecíamos- los residentes en el Sudeste Asiático y los mercenarios que visitamos aquellas aguas: Singapur, Vietnam, Cambodia, Malasia, Filipinas, Tailandia e Indonesia (9 meses en Yakarta cargando "copra" -corteza de coco- saco a saco, así hasta 19.000 toneladas en el "Altuna Mendi"). Hoy y los próximos días hablaremos del petrolero de doble casco PAH, a bordo del cual quiso suicidarse Jose Luis tirándose desde el Puente de Mando a 18 metros de altura. Los ojos "rasgados" de aquella buena gente -no toda, claro está, pues hay miríadas de hijos de puta declarados, en Vietnam no hay muchos- son una defensa de la naturaleza, que les entrecierra los párpados para proteger sus máculas y retinas del sol abrasador, desde 2021 me operan de las dos retinas, recuerdo de aquel sol asesino: MER-OD y TVM-OI. En Vietnam los gringos inventaron el "napalm" para "abrasarles" todo el cuerpo, como hicieron con la pobre niña Kim Phuk. (Cuando mi móvil me pide el código PUK, me acuerdo de la niña). Volvemos a 1971, en mi caso con nostalgia, con 23 años, estaba casado y tenía una hija, Rouse; ganaba un montón de pasta y nunca abusé de ninguna vietnamita, eso sí, reí mucho con ellas. ¿Honestidad? ¿Miedo a las enfermedades de transmisión sexual? No lo sé, daba propinas y pagaba "coca-colas" y pescado frito del Delta, que nunca probé, por puro asco; nosotros barbacoas y hamburguesas, y latas de cerveza Budweiser, que era suave. ¿Qué era y para que servía aquella mierda de las cáscaras de coco...? Pues para base de los productos de alta cosmética... ¡Curioso, no!

































