MLFA
Experto Docente en Supervivencia, Seguridad Integral y LCI (ISM)
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Sodoma y Gomorra |
Se trata de un hombre malo que ahora está ‘malo’, quiero decir ‘enfermo’; a los 90 años se encuentra ingresado infectado por coronavirus con patología pulmonar (pulmones encharcados) en una clínica privada del Sur de España. Percibe una pensión de 2.400 € (por 14 pagas) y dispone de asistencia sanitaria privada gratuita, por su condición de ex militar, y de asistencia sanitaria pública, también gratuita, y la farmacopea a discreción, por su condición de ex marino mercante. Cobra su pensión (legal) desde el año 1988, año en que cumplió 58 años. En pesetas y euros constantes este jubilado ha ‘costado’, por ahora, a los españoles, unos 180 millones de pesetas (1,1 millones de euros), referida la cifra al poder adquisitivo del que ha dispuesto el fulano a lo largo de estas tres décadas. El tipo, militante de VOX, no tiene otro objetivo que provocar la caída del Gobierno, de forma que “los rojos vuelvan a sus madrigueras” (sic); aclaro que disfruta de una perfecta lucidez mental. Alguno de ustedes se preguntará, como M. Rajoy: ¿Y Europa? pues eso; y alguien pensará: ¿Viene ‘COVID-19’ a resolver situaciones como éstas? Porque parece obvio que un país pobre como España no puede progresar con rémoras como esta y otras. Este ‘pobre jubilado’ puede decidir si le colocan el respirador en la clínica privada Quirón o en el hospital público ‘Costa del Sol’, y disfruta de todo tipo de descuentos (acumulables), entre el 40% y el 60%, provenientes de su mutua militar y de la Junta de Andalucía, tales como silla de ruedas eléctrica, gafas, audífonos, bragueros, corsés, bastones, calzado ortopédico y plantillas a medida, y todo tipo de artilugios propios de la vejez; como anécdota, todavía (32 años después) dispone de un fondo de armario repleto de ropa de trabajo ‘militar’ (de la Armada) que utiliza siempre. Él, cuando se topa con las cristaleras del Corte Inglés, cambia de acera. Su patrimonio, efectivo e inmuebles), nuestro dinero público, lo herederán sus hijos (que no quieren pagar impuestos y están repartiéndose el botín antes de que fallezca). Este asunto me llegó en marzo a través de los del ‘maltrato a ancianos’ (por lo visto lo están maltratando en casa, a raíz del confinamiento); como es obvio lo rechacé de plano y les devolví la carpeta. Seguimos en la España del ‘gratis total’ de los ‘felipistas’ y su portavoz Solchaga, que relevó a Boyer cuando éste se pasó al PP, un ‘gratis’ que incluye a los ‘ricos’. Pero, plasmada esta realidad, toca hablar de las situaciones que van a cambiar, nos guste o no, a partir de la pandemia del coronavirus. El Estado de Alarma prohibirá los ‘mete-saca’ encima del capó del coche en los ‘botellones’; sigan a bordo, resulta interesante para padres y abuelos, también para hijos responsables, que los hay, aunque no abunden. No hace mucho fallecía en una habitación decorada con paneles de satén raso de ‘Villa Meona’ (residencia de la millonaria Isabel Presley) el gurú económico de Felipe González, Miguel Boyer, después de varios años convertido en ‘vegetal’; en el momento del ‘yu-yu’ ganaba 100 millones de pesetas al año más gastos suntuarios. ¿Las máquinas de ventilación mecánica eran suyas o de la Seguridad Social? La vicepresidenta Calvo dice que el dinero público 'no es de nadie', pero hemos descubierto que es de este jubilado 'de larga duración'. Lo de Boyer no nos lo han confirmado.
Son esbozos; los narradores necesitamos ‘digerir’ las tragedias sociales, como es el caso
(Será el coronavirus… el verdadero coeficiente reductor… ¡de vida y pensión!)