| Ayuntamiento de Marchamalo |
Nemesio quería a esta mujer como no había sentido nunca, hasta llegó a plantearse separarse de su esposa, sujeta maligna, y lo tenía de sobras comprobado; pero la preocupación, quizás miedo, por las consecuencias, atenazaban sus impulsos y hasta sus mejores sueños. Se veía fuera de “Zagala”, y cabía la posibilidad de que el necio del marido le agarrotara una noche en alguno de los rincones ocultos de la vasta propiedad, a ello contribuirían las pocas luces del desgraciado. Esta pasión llevó a Nemesio a cometer errores de bulto, añadiendo al efectivo facturado a su modo, regalos íntimos, tales que ropa interior y avalorios, que terminarían en las manos de su esposa, controladora cual ave rapaz desde las alturas, asistida por su hermano en las labores de vigía de las tiendas que frecuentaba el Neme en los pueblos de alrededor de La Encomienda.






















