MLFA
Conviene distinguir entre los abogados que se ocupaban de representar a los trabajadores, estuvieran estos afiliados o no a los sindicatos, y a los miembros de asociaciones de toda índole, católicas o laicas; conocidos como ‘abogados laboralistas’, voluntariosos pero inexpertos, eran más ‘activistas políticos’ que ‘abogados’ (buena gente, sin lugar a dudas); y los abogados de ETA, penalistas y bien preparados, lo hacían con los militantes de la organización terrorista y miembros de otros colectivos, normalmente vascos, del entorno de la organización, no los cito para no enredar el relato. Solo había una excepción; los abogados de ETA, estos auxiliaban a los directivos del sindicato vasco LAB (Langile Abertzleen Batzorkdeak), creado como movimiento asambleario en 1974. Como dirigente del SLMM (Sindicato Libre de la Marina Mercante) del que ya hemos hablado, portavoz del Comité Intercentros de Trasmediterránea y secretario general de la Sección Sindical de flota (3.000 trabajadores) tuve acceso al colectivo de abogados laboralistas en Madrid (llegué a conocer a Manuela Carmena y estaba en Madrid cuando ocurrió la tragedia de Atocha). Mostraban displicencia hacia nosotros, solo respetaban a sindicalistas ‘comunistas’, gente honrada que se caracterizaba por decir una simpleza tras otra, cuando no imbecilidades. Por cierto; los abogados de ETA eran profesionales muy preparados.
Eran comunistas de carnet PCE; desde Madrid y Barcelona se controlaba el resto del país