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Palacio de Chiloeches en Guadalajara |
Ocurrió que la mujer del ‘Neme’ se llenó de dudas sobre la fidelidad de su marido y trató de fiscalizar sus idas y venidas, con la ayuda de su hermano mayor, ayudante de cocina en un restaurante conocido del pueblo, al que decían ‘Casa Ramón’, famoso por su especialidad en asados y carne mechada, quien de forma inmediata se dispuso a vigilar a su cuñado, con el que se llevaba medio bien y menos, por el alarde del dinero que hacía a menudo, siendo que el cuñado conocía la procedencia de los billetes, siempre pequeños en cuanto a valor fiduciario, pero muchos; ya hablaba de comprar otro coche, esta vez sería nuevo, le tenía echado el ojo al nuevo Renault 8 y ya echaba cuentas con un huésped que trabajaba en una de las dos Cajas de Ahorro, al que trataba de forma especial en el comedor del hostal, se trataba de un mozo viejo (solterón) con posibles y algo de familia en el pueblo de Úbeda, adonde se trasladaba en su impresionante Seat 1500 azul marino los fines de semana con buen tiempo, viajes que fue espaciando ante otro tipo de alternes que le facilitaba Neme, hábil como una serpiente para todo tipo de arreglos y cambalaches de los que pudiera obtener algún beneficio para él mismo. El bancario, que conocía su relación con aquella Alicia, sentía una mezcla de envidia sana y admiración por alguien que era capaz de solazarse de continuo con semejante hembra, que atolondraba alguno de sus sueños en la fría habitación de “Zagala”.