viernes, 23 de junio de 2023

El dinero no da la felicidad y menos a 4.000 metros de profundidad

 MLFA - Experto Docente en Seguridad Integral, Supervivencia y LCI (1987-2004). ISM y GENCAT. Capitán de embarcaciones de Salvamento Cruz Roja BCN.

No soportó la presión exterior de la columna de agua; y en el interior la presión multimillonarios ociosos por centímetro cuadrado ha escandalizado al mundo. 

La muerte en el mar no sorprende a nadie; a los marinos se nos considera ciudadanos 'universales', en especial a aquellos que hemos naufragado; en esta ocasión no puedo menos que considerar 'frívolos' a estos ciudadanos 'giga-millonarios' caprichosos que no se conformaron con las excelentes imágenes del pecio del 'Titanic' que nos ofreció James Cameron en su excelente película. Ellos eran los 'putos amos del mundo', que diría el convicto Luis Bárcenas, y querían experiencias inasequibles al resto de los mortales; hoy, para tristeza de sus familiares y amigos, los 'mortales' han sido ellos.

El viaje de estos 'ricos que también lloran' no revestía interés científico y ha resultado caro para USA y Canadá

Personas que lo tienen todo; unas familias cuyo patrimonio supera el PIB de algunos países, como es el caso del irresponsable 'pakistano' (el hombre más rico de Pakistán) que embarcó en la aventura a su hijo de 19 años. Me pregunto qué duelo sufrirán los miles de taxistas pakistaníes de las grandes ciudades de los USA. Me temo que el duelo será muy breve, no les sobra el tiempo para llorar a sus paisanos tras 14 horas diarias al volante.

En España sujetos de esta etnia nos asaltan en las autopistas provistos de armas de fuego y uniformes-pasma
(Todas las muertes nos entristecen, si bien es cierto que unas más que otras, estas cinco las que menos)

PS - Espero que esta trágica (pero menos) experiencia sirva para que se cancelen los viajes al espacio y a las profundidades de esta caterva de PADM archirequete-millonarios. No estamos en contra de la investigación científica, sino de estos personajes que acostumbran a mearse en nuestras caras y hoy les ha 'llovido' una columna de agua de 3.750 metros. De ellos no han quedado ni los 'rostros'.

De nuevo la naturaleza ha pasado factura a estos nuevos 'Dioses del Olimpo' ociosos: ¡Que les den! (Trías)