Víctor del Árbol
“Un millón de gotas”
Estas líneas están dedicadas al nuevo ministro de ‘Consuno’ español (*)
“Los divisionarios ‘azules’ no dijeron nada. Aguantaron la tortura cagándose en la madre que parió a Stalin, y cuando Elías apuntó con su revólver a la frente del sargento, este le fue al encuentro pegando la frente al cañón. - ¡Arriba España, rojo de mierda! – Elías apretó el gatillo.
¿Por qué este odio? – le escribió aquella noche a Esperanza – Hoy le he disparado en la cabeza a un falangista. Eso me repetía a mí mismo, mientras veía su cuerpo a mis pies, retorcido como una cosa amorfa; a un enemigo. Pero la verdad es que he matado a un ingeniero químico de treinta y dos años, que se llamaba Rogelio Miranda, natural de Medellín, según constaba en la cartilla militar que llevaba encima. Un minero comunista de Mieres le dispara en la cabeza a un químico de Medellín, que ya había sido capturado y torturado por los de la NKVD, en un lugar que no significa nada, frente a una iglesia ortodoxa que nosotros defendemos y ellos atacan a miles y miles de kilómetros de nuestras casas, de nuestras vidas. Tenía familia, he visto la fotografía que llevaba en la cartera. Dos hijos, preciosos, de seis o siete años. Su mujer es guapa, morena. Alegre. Da calor en este frío mirarla.





















