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domingo, 9 de julio de 2017

'Oligarquía financiera y poder político en España' - Los Pujol (009)

Manuel Puerto Ducet

¡Hagamos-lo  posible! (el vaciado absoluto del dinero público), anunciaba el virrey de Cataluña... ¡y lo hizo!
La ciudadanía catalana humillada; sus dirigentes actuaron como corruptos "bananeros".

La corrupción es herencia (aceptada y consolidada) del franquismo

Durante la construcción de la ciudad Satélite de San Ildefonso, los camiones de cemento entraban por el acceso principal —controlado por un funcionario del Ministerio de la Vivienda— y poco después salían por una puerta trasera en dirección a las promociones de lujo de los dos socios. La sustitución de cemento por otro de menor calidad y el exceso de arena en la mezcla fueron causa directa de las grietas que al poco tiempo se produjeron en los bloques de San Ildefonso por las que se colaba un niño de doce años. Tuve en mis manos el presupuesto de pintura aprobado para cada piso: 500 pesetas. Ni brochas ni rodillos; la manguera era la única herramienta permitida a aquellos «deshonrados» pintores a los que incluso se les privaba del elemental honor de empuñar la brocha gorda. Llegó el momento de instalarnos en los confortables edificios Trade; era el pistoletazo de salida de la operación «Cambio de imagen»

sábado, 8 de julio de 2017

‘Oligarquía financiera y poder político en España’ - Porcioles (008)

Manuel Puerto Ducet

José María de Porcioles, sempiterno alcalde franquista de Barcelona, con el Caudillo de España y Cataluña.

Funesta etapa inmobiliaria

Recién terminada la carrera, fui contratado por el Grupo Inmobiliario Figueras como responsable de tesorería. Cuando entré en la empresa, el delfín Bruno Figueras —que de mayorcito presidiría la zozobrada inmobiliaria Habitat— contaba unos doce años. Carezco de elementos para poder evaluar su trayectoria, aunque me consta el despecho de algunos de los que depositaron en él su confianza. Se dice que los pecados de los padres acaban pagándolos los hijos, a pesar de que el estudio sobre el genoma humano no ha podido establecer todavía la conexión entre lo trascendente y lo fisiológico de un fenómeno que viene preocupando a tantas generaciones.