E. J. Rodríguez
Detroit, año 1978 |
El fenómeno del que habla MLFA en su artículo sobre Detroit era el “white fligth” (EJR)
Corría el año 1982, (la década posterior a la llegada del 'Fortuna ML' a Detroit), la ciudad ya había empezado a manifestar síntomas de enfermedad. En el barco de Detroit nunca se consiguió que todos remasen al unísono y la ciudad fue uno de los principales ejemplos de un fenómeno peligroso: la segregación racial espontánea. Los blancos vivían en sus barrios y los negros en los suyos, casi siempre más pobres. No se mezclaban entre sí. Cuando un negro progresaba gracias a su trabajo o a su talento y se mudaba a un barrio mejor, los blancos se sentían incómodos. Esto produjo un fenómeno que no fue exclusivo de Detroit, pero que sí particularmente severo allí: el "white flight", la salida de población blanca de clase media hacia los suburbios, más acomodados y más acogedores. Los negros permanecían en el centro, en el municipio de Detroit propiamente dicho, hasta que se convirtió en la ciudad con mayoría de población negra más grande del país. Mientras los municipios circundantes del área urbana estaban cada vez más poblados, la propia Detroit comenzaba a contar su población a la baja. Otro efecto directo del white flight era la fuga de capitales: a medida que se marchaba la población blanca —que casi invariablemente disponía de mayores ingresos— la renta per capita comenzaba a decaer. Había que sumar a todo esto el progresivo descenso en la actividad industrial motivado por la incipiente deslocalización de las grandes empresas, la cual produjo un aumento del desempleo que afectó principalmente a la población negra del centro.