El gesto de Salvador lo delata: "qué hago yo aquí si no tengo ni puta idea y me dan miedo las agujas' |
Ocurrió hace muchos años en Matadi (Congo Zaire); se celebraba la toma de posesión de los miembros del gobierno congoleño presidido por Mobutu, el asesino de Patricio Lumumba. A la fiesta de gala (congoleño y gala es un contradios), que se celebraría en el hotel 'Metropole', asistirían el presidente USA, Richard Nixon y su esposa, acompañados de grandes empresarios mineros de EEUU; también Areta Franklin. El capitán Luis Erecarbi, el jefe de máquinas Andoni Segarra y yo habíamos sido invitados a la fiesta por ser amigos del consignatario, un rico francés de 'Chargeurs Reunis', la naviera más poderosa del África francófona, (nosotros le traíamos armas y munición, lo más sofisticado del mercado, nuestra bandera era liberiana y (así) él no comprometía a ningún mando francés, me regaló una Sig Sauer 9 mm). No hace falta que entre en detalles; ya fue narrada hace años en "Azuer Digital". Hoy voy de sarcasmo; se trata de rebajar la tensión, inquietud y la incertidumbre que nos transmiten muchos lectores del grupo de correos por la situación que estamos padeciendo en todo el mundo, también como homenaje a los africanos; tampoco se librarán de esta pandemia.
El de Educación fue nombrado porque llevaba gafas; Illa, el de Sanidad, porque estudió Filosofía