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sábado, 17 de agosto de 2019

domingo, 1 de enero de 2017

El yihadismo gana la batalla psicológica del terror a los europeos

MLFA
¿Quién dijo que la esclavitud se liquidó en el siglo XIX? Algún necio. (Foto 'diario.es/Médicos sin Fronteras')

El espectáculo de una Europa asustada, por no decir aterrorizada, metiéndose bajo las mantas, en forma de bolardos y grandes bloques de hormigón y miles de policías y de soldados patrullando con los mejores recursos armamentísticos que ofrece el mercado, los 'cacheos' (incluidas entrepiernas) a todos y cada uno de los ciudadanos de las grandes capitales europeas, han convertido a éstas en urbes sitiadas por sus propios cuerpos y fuerzas de seguridad. En la estúpida creencia de que si protegemos Madrid, Barcelona, Berlín, París y Roma, evitaremos atentados yihadistas en Badajoz, por poner un ejemplo, donde la vida de un extremeño vale tanto como la de un vecino de Madrid. Todo ello forma parte de una enorme farsa ‘ad maiorem gloriam’ de los políticos de turno. O en Nantes, Venecia, Hamburgo, por seguir con los ejemplos. O en el propio Manzanares, que recibió una falsa amenaza de atentado del ISIS, proveniente, lo más probable, de algún pirado-sicario del 'foro de las ratas', se trata de gente relacionada con la 'mugre', porque no es fácil acceder a esa página web y que te publiquen semejante barbaridad. Honor, loor y olor para el entorno del PP.

Ministro: “España no está amenazada, pero queda bien lo de los bolardos y los bloques”

lunes, 28 de marzo de 2016

Yihadistas y etarras ajustan cuentas en el nombre del padre (y 4)

MLFA
Mezquita de Córdoba, ¡esplendor arquitectónico y religioso! (Foto de 'huffingtonpost.es')

Existe un claro error craso conceptual en el primer planteamiento que se hace en relación a la integración de los inmigrantes magrebíes llegados a Europa en las últimas décadas; se argumenta en falso cuando se considera que deben integrarse en nuestras costumbres y aceptar nuestro estilo de vida, entendemos que lo único que es exigible (de nuestra parte) es que ‘respeten’ nuestras tradiciones, usos y costumbres, no que las ‘hagan suyas’.