Manuel Portero Ducet
Ximo más contento que unas pascuas con Isidre Fainé (Opus Dei puro), cultivando las puertas giratorias a mañana. |
La Caixa, por su parte, ingresó 4.000 millones que le vinieron de perilla para ayudar a su recapitalización. Dos errores elementales que infringen el abe de un inversor: 1. Evitar la redundancia de cualquier producto financiero (muñeca rusa) que suele duplicar o triplicar las comisiones percibidas por la entidad promotora. 2. Prohibido endeudarse para invertir en Bolsa. La inversión bursátil debe nutrirse siempre del ahorro prescindible. Tal vez los incautos inversores de Criteria ignoraban estas dos reglas de oro, pero les puedo garantizar que mi estimado Nin las conocía de sobra; yo mismo me encargué de su catequesis. La entidad se beneficia, además, de un gratuito argumento comercial para apaciguar a los clientes cuando estos van a quejarse al director o empleado de oficina: «¡Qué me va usted a contar, si yo también estoy pillado!». En demasiadas ocasiones, los clientes y empleados de determinadas instituciones padecen un síndrome reverencial al considerarlas poco menos que sus guías espirituales. En esta Juan María Nin. Mi añorado compañero de pupitre oval. Isidre Fainé. Del ala más dura de la vieja escuela del Urquijo y devoto siervo de San Jose María.