Clave de bóveda, catedral de Barcelona (Virgen de la Misericordia) |
Ha aparecido a las claras que el órgano jurisdiccional que es la clave de bóveda del sistema está en manos de incompetentes o de personas que deben demasiados favores. “El Tribunal Supremo tiene que reflexionar” ha dicho Pedro Sánchez en su salomónica intervención del miércoles al mediodía. Pero, ¿quiénes van a hacerlo desde dentro? ¿Los que ahora mandan, como Carlos Lesmes que se ha apresurado a echar la culpa a otros, a los políticos, del desaguisado de las dos últimas semanas y, sobre todo, de la vergonzante decisión del miércoles? ¿A los nuevos consejeros del Poder Judicial que serán nombrados, según las nefastas usanzas de siempre, cuando los partidos se pongan de acuerdo? No cabe ser optimistas de que un cambio de verdad se produzca por ninguna de esas vías. La justicia española está en una crisis profunda y va a seguir estándolo. ¿Puede un país funcionar en esas condiciones?