Comunicado de la Dirección de la revista “Siembra” – Octubre 2012

Juanjo Díaz-Portales

“Manzanares Digital”

21 de Octubre 2012

El nuevo Director de SIEMBRA fue nombrado para el cargo por la totalidad de miembros de la Redacción de la revista interparroquial de Manzanares, según consta en acta de fecha 3 de Julio de 2012, y ratificado en el mismo por el Presidente de la publicación, Cura Párroco de La Asunción, D. Luis Gallego Villena, previo acuerdo de D. Jerónimo López Rubio, Vicepresidente y Cura Párroco de Alta Gracia, en fecha 28 de Julio de 2012.

Pocos días después del nombramiento por unanimidad, se produce un desacuerdo entre el nuevo Director y el redactor Bernardo Fernández-Pacheco Villegas, con motivo de un artículo de opinión enviado a nuestra revista por un colaborador esporádico, Jesús Maeso, el cual, resumido, trataba de abrir una “Causa General” contra la anterior Corporación Socialista, sin base alguna, quizás por la costumbre inveterada de “darles a los socialistas”, utilizando para ello a nuestra revista, paradigma y referente de información local y religiosa en esta Provincia, y ajena a todo tipo de partidismos y provocaciones.

Embarrancada del Costa Concordia un crucero a toda costa (10/11)

Luis Jar Torres

Traducción MLFA-CMM

Fotografía de Giampiero Spósito

Posición final del “Costa Concordia” y avería en su costado: la foto principal está tomada la mañana siguiente de la tragedia, y la ampliación de la esquina superior derecha unas semanas más tarde.

El último y más humillante acto de la Pasión de Schettino se inició hacia las 0015, cuando el “Concordia” perdió la poca estabilidad que le quedaba y zozobró sobre su costado de Er. Quienes estaban en la cubierta 4Er (que tenía “techo”) debieron sentirse atrapados bajo otras nueve que se les venían encima; entre 20 y 30 personas se arrojaron al mar, incluyendo el 1er. oficial Ambrosio y la 3er. oficial Coronica, que nadaron unos 50 metros hasta llegar a tierra. El jefe de máquinas y el agregado Iannelli saltaron a la capota de un bote donde, casualmente, acababa de aterrizar el capitán; según Iannelli “Schettino daba órdenes confusas”, aunque la escena habría pasado desapercibida si Schettino no hubiera intentado “mejorarla” declarando ante la juez que, en realidad, él no había abandonado el buque, sino “caído” sobre un bote “no he embarcado en la lancha; he <caído> sobre el techo de la lancha, atención”. Poco después de su “caída” y tras un viaje accidentado (habla de "nave catapultándose y dificultades para sacar el bote"), Schettino desembarcó en el escollo, sin mojarse un pelo, pero en un estado de shock más que probable.