MLFA - Miembro de la Diáspora Vasca, residente en Manzanares (CR) aquél fatídico amanecer del 27 de Septiembre de 1975.
Manifestación multitudinaria en Roma -como en todas las capitales europeas- para impedir los fusilamientos de aquella hiena que comenzó ebria de sangre y terminó matando 40 años después, a las puertas de su muerte. El Papa Pablo VI llamó tres veces a Franco, en súplica, el general no le cogió el teléfono.
Había llegado a Manzanares el 2 de Julio de 1975 para hacerme cargo de la dirección de la Obra de Tendido de Cable Telefónico para RENFE entre Espeluy (Jaén) y Casetas (Zaragoza); la oficina central se había instalado en Manzanares -nunca supe la razón- disponía de cuatro técnicos enviados por la empresa subcontratada (Sopelana, de Santander) y contraté 300 trabajadores en Membrilla (CR) y maquinaria pesada en Manzanares (Confianzas) y en Zaragoza (Aventín), curiosamente los dueños de estas dos empresas fallecieron en sendos accidentes de tráfico, poco tiempo después de finalizada la obra de RENFE. (1975-1978). En Calatayud un tren arrolló a un trabajador de Membrilla causándole la muerte. Llevaba cinco días trabajando y estaba dado de alta -algo inusual en aquella tierra- aquella viuda, con la que nunca perdí el contacto, recibió una pensión que le permite llevar una vida muy digna; estaba embarazada cuando falleció el marido, él se apellidaba Patón.
Pasamos la noche del 26/27 en el Bar Flor, rezando para que suspendieran las ejecuciones.
Los cuatro técnicos y yo, acompañados de los dueños del bar, un matrimonio -muy buena gente, franquistas en desacuerdo con los fusilamientos- y de su hija, de la que fuí pareja durante los años 2005-2006. ("La vida es como una caja de bombones, nunca sabes cuál te va a tocar", la madre de Forrest Gump).
Paredes Manot (Txiki) y Otaegui Echevarría pertenecían a ETA, y Baena Alonso, García Sanz y Sánchez Bravo eran militantes del FRAP; dicen los "plumillas" de por ahí que el padre de Pablo Iglesias también era militante del FRAP por aquel entonces; no lo he podido comprobar por no resultar de interés para los lectores; pero resulta curioso que "herederos" de bandas terroristas "pastoreen" la política española actual. En el caso de EH BILDU, les anuncio que gobernarán en Euskal Herria a finales de esta década, y recomiendo a los fascistas del PP-VOX que se anden con ojo en sus amenazas, SORTU estará en la retaguardia y es gente que no se anda con bromas; a Pablo Iglesias le queda la hostelería decadente y una pasta gansa que se lleva como tertuliano de la nada, y la ayuda de la parienta, que gana un pastizal en Europa y piensa repetir eurosillón, que se asemeja mucho a euromillón.
Es evidente que Franco no podía decidir nada; su estado era agónico: Fueron Carrero y Arias.
Lo demuestra que no se accediera a la petición de clemencia del Papa Pablo VI, de su cuerda ideológica: el Pontífice le llamó tres veces (bíblicamente), pero el viejo general no controlaba el teléfono esa noche; lo hacían Carrero Blanco y Arias Navarro. Resulta significativo que si Franco sufrió una agonía atroz, como no se conocía en un país civilizado, y murió a los 53 días del estampido de los fusiles en diferentes ciudades; el día 27 de Septiembre de 1975 su estado era ya agónico y doliente, mucho más que doliente. La Divina Providencia fue quien hizo "justicia" con aquel hombrecito amargado porque no dio la talla para ingresar en la Armada y se lo tuvo que "currar" en Marruecos a "sablazo limpio".
Arias fue el hazmerreir "funerario" con su esquela y Carrero "fue al cielo" comulgado y aseado.
(Europa ardió de indignación, retiró embajadores y demoró nuestra entrada en la UE 11 años)
(No se hizo "justicia" con aquellos presuntos asesinos, sino "venganza" y ETA ganó la partida)
(En 2012 el Gobierno Vasco los reconoció como víctimas del Franquismo)
PS - Como saben los lectores más antiguos; en 1958 residí, junto con mi hermano Josetxo, en el piso de arriba de la familia Franco Bahamonde, en la Plaza de España de El Ferrol. En casa de mis abuelos franquistas, durante el año que encarcelaron a mi padre en la cárcel de Larrínaga, sin juicio, por haber extraído una bala del pecho de un maquis de Santander, al que logró salvar la vida. Volvemos a la caja de bombones de Forrest Gump y su mamá.