Lagun
Una somera inspección de dicha estructura advierte del riesgo de fractura de los peldaños, al encontrarse podridos; así como desajustadas las barandillas, siendo evidente el riesgo de precipitaciones. Los perros, conscientes del mismo, "tiran" de las correas, a fin de alcanzar terreno firme, lo cual aumenta el riesgo que corren sus amos. Una vez en el sendero, ya podemos acceder a la nueva pasarela para vadear el río Pícaro, sorteando, eso sí, los excrementos de perro que inundan el sendero, que no ha sido desbrozado este año, por falta de recursos de los de "Parques y Jardines", según nos dicen los "enteraos".
Advertidos los responsables de Urbanismo del colapso de la barandilla, sujetaron la misma con un tubo metálico que actúa de "viento".