En aquel momento ETA se castellaniza ya que comienzan a llegar presos de la banda, por cientos, a la prisión de máxima seguridad construida en la Mancha; ello obligará a sus familias a fletar docenas de autobuses que les traigan desde el País Vasco a visitar a sus parientes, con lo que supuso de espectáculo para toda España. La prisión manchega llegó a albergar a quinientos internos, todos ellos vinculados a la organización terrorista. Se trató de un error de considerables dimensiones ya que se hicieron los amos de la prisión, llegando a amenazar a algunos funcionarios y a sus propias familias y provocando que los amenazados solicitaran otros destinos, que les fueron concedidos. La procesión de autobuses era detenida a intervalos de entre 150 y 200 kilómetros por fuerzas de la Guardia Civil, que revisaba maletas y bolsas, por razón de seguridad, y procedían a la identificación de los viajeros; todos ellos eran familiares de los etarras y algún amigo que les brindaba apoyo, durante el viaje. Les paraban en Miranda de Ebro, Burgos, Somosierra y a la salida de Madrid, en la Nacional IV de Andalucía.
"La inteligencia es la capacidad de uno mismo para adaptarse a los cambios". Martin L Fernández-Armesto (1948 - 1970 - 1986 - 2004 - 2015 - 2023) "Azuer Diario ex Azuer Digital" desde 2013. "No hay soledad donde hay saber, conocimientos e información veraz". "Aguantar es vencer". (MLFA)
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