Rosario Bautista y José Antonio Imbernón
APDHA
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Cárcel de mujeres de Alcalá de Guadaira (Sevilla). |
Cuando escuchamos las palabras “prisión”, “cárcel” o “centro penitenciario” se nos viene a la mente la imagen de un hombre de mediana edad, con tatuajes, desaliñado, con el típico mono naranja, tan habitual en la pequeña y gran pantalla. Pero la verdad no es esa; es más, a través de estos estereotipos ocultamos extensas realidades del mundo penitenciario, tan ajeno a la vida cotidiana, que son esenciales para comprender la sociedad como tal.