Luz de Gas
Melquesidec, rey de Salén, sacerdote de Dios Altísimo, le sacó pan y vino, y lo bendijo diciendo: Bendito sea Abrán por el Dios Altísimo, creador de cielo y tierra, que te ha entregado tus enemigos. Y Abrán le dio el diezmo de todo. El rey de Sodoma dijo a Abrán: Dame la gente, quédate con las posesiones. Pero Abrán replicó: Juro por el Señor Dios Altísimo, creador de cielo y tierra, que no acepté una hebra ni una correa de sandalia ni nada de lo que te pertenece, para que no digas que has enriquecido a Abrán. Solo aceptaré lo que han comido mis mozos y la parte de los que me acompañaron, Aner, Escol y Mambré; que ellos se lleven su parte.