Javier Pérez Royo
Catedrático Derecho Constitucional
El Gobierno saltó al vacío y el desconcierto es la consecuencia inevitable
Da toda la impresión que no se está reaccionando frente a un incumplimiento “de las obligaciones que la Constitución u otras leyes impongan”, como dice el artículo 155, sino ante algo mucho más grave. Cada día que pasa resulta más difícil imaginar cómo se puede salir del laberinto del artículo 155 de la Constitución Española. Cuando se introdujo el no se sabía muy bien qué es lo que podría suponer su aplicación. Se introdujo pensando que nunca se tendría que hacer uso del mismo, como había ocurrido con el artículo de la Ley Fundamental de Bonn, del que es prácticamente una copia. Y en esas estábamos cuando en el mes de octubre del año pasado se decidió de prisa y corriendo que su aplicación era insoslayable. El Gobierno dio un salto en el vacío sin saber muy bien donde se metía y a dónde podía conducir la decisión que tomaba. Como no podía ser de otra manera, el desconcierto es la consecuencia inevitable.