martes, 11 de febrero de 2025

¿Cómo se gestiona una situación de "Lawfare" en un macroproceso?

 MLFA - Judío cuarterón.

Simbología de la Kabbalah judía; lo que coloquialmente conocemos como "fichas". (Sefirot)

La "Cábala" (en castellano) es la herramienta esotérica que yo vengo utilizando desde 2013 para hacer frente a los Poderes que concitaron o aunaron esfuerzos para "destruir" el medio de comunicación digital que mayor audiencia consiguió en La Mancha entre  Mayo del 2013 y Noviembre del 2015; "Azuer Digital" (5.630.000 visitas, 5.156 artículos, y 19.300 fotografías de máxima calidad en 30 meses, de consuno con 13 colaboradores: Funcionarios de alto nivel, juristas en activo, y representantes cualificados de la sociedad civil manchega). Aquellos representantes de la Iglesia, en particular, urdieron un "Macroproceso" que dura ya 12 años (2013-2025); gracias a la Cábala llevamos a los principales responsables civiles y políticos ante los tribunales (2015-2022), y nos encontramos a punto de presentar una querella por "prevaricación" contra uno de los magistrados actuantes, responsable de "Lawfare" (utilización de la Justicia con fines políticos; Ciudad Real era la sede más apropiada para ese menester: Justicia más el PP-CR, con la Iglesia de CR y sus Órdenes Militares). Debía dotarme de poderes "paranormales" para romper aquel contubernio: ¡Lo conseguimos! A mitad del camino las señales eran ya luminarias: Renovación del Fiscal Jefe; así como la designación de nuevo Obispo y "purga general" de párrocos diocesanos y del Opus Dei, por orden directa del Vaticano, adonde acudí en demanda de amparo; y algún cambio en los juzgados de lo Penal y en alguna sección de la propia Audiencia Provincial. Reconozco que, como "judeocristiano", también he tenido en cuenta "El Infierno de Dante y sus Círculos".

Proceso "Lawfare" auspiciado por la Iglesia y el PP de Ciudad Real que interpusieron 8 querellas contra "Azuer Digital", algunas de las cuales correspondían a empresarios "amigos" y al entorno de un alto cargo militar.

La Menorah judía y el Cirio Pascual presiden el pabellón de MLFA en la Reserva Natural del Estrecho de Gibraltar.

Desde el momento preciso en que recibimos las ocho querellas -entre finales de 2014 y los primeros meses de 2015- fuimos conscientes de la temeridad de los actores: Entorno de la Iglesia; PP manchego; y empresarios "amigos". Hemos de informar a los lectores de que todas ellas fueron "desestimadas" por los dos jueces naturales, la mayoría de ellas (5) en los preceptivos "actos de conciliación" (había que ver los rostros de los Letrados de la Administración de Justicia -los antiguos Secretarios- asistentes a dichos "actos", no daban crédito a las acusaciones).

El archivo de las otras tres querellas fue revocado por la Audiencia Provincial sin motivación alguna.

Mi primer paso; tras traducir las letras hebreas de las fichas de la Cábala, consistió en decantarme por la "Disociación" -mejor o peor interpretada- que venía a decirme que debía aislar en mi mente los nexos de conexión de aquellos "poderes"; comencé por la Iglesia, soliviantando a miembros de la acusación y a sus testigos; tuve presente la sospecha de que mi equipo de abogados podría estar en connivencia con aquellos párrocos que dejaban caer sus ropones, humillados, de pie, ante el tribunal, y a un obispo "deslustrado" y con boina, al que nuestro abogado principal trataba con deferencia, parloteando de algarabías y somatenes ante un magistrado "sustituto", de suyo nervioso y balbuceante, que no dictó sentencia hasta transcurridos seis meses (la sentencia de los violadores de "la Manada" de Pamplona había tardado en dictarse  cinco meses); era la prueba inequívoca (para nosotros, claro) de que nuestro equipo de abogados había "vadeado" el Jordán, de vuelta hacia los suyos; "su gente", como gimoteaba una de las jóvenes letradas de la defensa que hacía carantoñas delirantes a sus colegas de la acusación, sicarios que acababan de caer en la trampa llamada "de la manzana", casi tan antigua como la propia Cábala. No pudimos presentar pruebas de ello. No logramos obtener pruebas de la inacción de los abogados de pago ante la dilación del magistrado en dictar sentencia; aquello no tenía sentido, y podía deberse a presiones de los Poderes que podían empujar al ponente a cometer un delito de "prevaricación". En pocos meses comprobaremos si nuestra demanda por prevaricación se admite a trámite.

El entorno de la Iglesia fue consciente de que algo no cuadraba cuando constató que obligamos a renunciar a nuestros abogados y procedimos a denunciarlos ante su "Ilustre Colegio". ¡Comenzó el proceso disociativo! Obviamente, nos negamos al abono de sus minutas; negativa que no tuvo consecuencias: ¡Humillados!

Rendir al "Corpus Jurídico" (vulgo "abogados de ayuntamientos" bien retribuidos) resultó más fácil; tanto como no responder a sus preguntas y exacerbar su grande frustración y, ya de paso, dinamitar sus brillantes futuros como leguleyos de las respectivas administraciones: La Municipal, en concreto, que les proveía de información clasificada y ponía a su disposición a sus "Secretarios sin oposición cursada"; estos "ayuntados" -los de los ayuntamientos- eran diligentes con aquellos "poderosos" abogados, bien retribuidos con las tasas y los IBIS de los pobres vecinos, estos mascullaban en voz baja: ¡Convendrá...! lo venían expresando desde niños, ante cualquier adversidad.

Protegiendo en calidad de "guardaespaldas" a la Audiencia Provincial aparece la vetusta catedral de CR; al frente de ambas (hoy) nuevos dirigentes.

La decisión de dotarnos de abogados "de oficio" (diría que "de poco oficio", por no decir "nulo"); nos permitió tomar las riendas del "macroproceso contra la libertad de expresión" y alejar a unos querellantes (voz de sus respectivos "amos") de los otros (de Amenábar). Llegamos a disponer de siete abogados, que, al estar habituados al "dolce fare niente" judicial; algo comprensible, si conocemos sus pequeñas minutas, reales propinas de restaurante postinero; no pusieron inconveniente alguno a que un servidor, en compañía de otros, dirigiera el proceso penal; ellos, los de oficio, asumirían nuestra representación "por imperativo legal"; controlados a su vez por un procurador "de pago" que nos acompaña en este tránsito desde 2014.

Los nueve círculos del "Infierno de Dante"

Se ha de resaltar que hemos tenido en cuenta que los nueve círculos de Dante -abstenerse abogados de ayuntamientos- no contemplan el Odio. Lo hemos tenido muy presente; el odio no permite el perdón, nosotros y nuestras familias hemos prescindido del odio -bastante tienen estos fulanos- indignos representantes de un PP maltrecho, en el banquillo de los acusados, de la mano de sus homólogos del entorno de la Iglesia manchega, hoy sometida a un proceso de renovación; los del PP abandonaron la política, salieron corriendo, tropezando unos con otros; los empresarios quebrados; y los dirigentes de las cooperativas defenestrados; párrocos trasladados y/o prejubilados; obispo al Hades por la Covid, herramienta de la Divina Providencia; abogados de pago de la defensa denunciados ante su propio Colegio Profesional; abogados del PP de la acusación pagados por sus ayuntamientos desafiando al tribunal que nos absolvió, y con los papeles perdidos en la Sala cuando el fiscal "amigo" se les echó encima por orden del propio Fiscal Jefe, desde su despacho, daba cierta lástima ver al pobre fiscal de la causa "maltrecho" y rumiando su desventura; una pléyade de abogados de oficio de "quita y pon". Eso sí; volveremos al "odio" y daremos tratamiento adecuado a quienes -como ha ocurrido esta misma semana- amenacen de nuevo a un servidor; en esta ciudad disponemos de medios para identificarlos y darles "matarile", pueden estar seguros de ello.

Tengo que recoger a un obispo, voy preocupado por los meandros y las corrientes del río Guadiana, me mandan sin sextante y sin GPS.

El balance final ha sido negativo para los querellantes y sus "amos", la Cábala ha funcionado: Disociación y dispersión.Nos quisieron encarcelar, retirarnos las armas, y sumirnos en el oprobio social... ¡Ellos son hoy desaparecidos en combate!