Josep Carles Rius
El impacto emocional que ha provocado el 1-O y ahora las detenciones de los líderes de Òmnium y de la ANC nos sitúan peligrosamente muy cerca del punto de no retorno. Y la única esperanza está ya en la reacción de Europa y de la sociedad española. Que entiendan que en Catalunya se juegan también los valores democráticos de todos. La prisión incondicional de los presidentes de Òmnium y de la Assemblea Nacional Catalana constituye el click, el paso, el interruptor que acciona un nuevo escenario en Catalunya. Definitivamente, después de las cargas policiales del 1-O y las detenciones de Jordi Cuixart y Jordi Sánchez, el conflicto deja de ser un pulso entre el independentismo y el Estado, para plantearse en términos de democracia y libertades, frente a represión. Esta convicción de una mayoría social en Catalunya representa un cambio político que marcará el devenir de los próximos días y, posiblemente, tendrá efectos irreversibles a medio y largo plazo.