MLFA
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Mariano Rajoy e Íñigo Urcullu (los dos cenarán mañana angulas y percebes), cada uno en su casa, claro. |
Atrás quedó el postureo modelo “poli bueno y poli malo”; la tensión actual en el PNV nos recuerda la crisis del partido a mediados de los “80” (y posterior escisión del mismo) protagonizada por mi paisano Carlos Garaicoetxea, fundador de EA (Eusko Alkartasuna), un hombre muy parecido a Carles Puigdemont, salvando las distancias por edad y contexto histórico. Quizás Puigdemont supere a Garaico en cuanto a habilidad y estrategia política, pero, insisto, Carles recuerda mucho a Carlos, en mi opinión. Hoy se habla de dos partidos conviviendo en el seno del PNV; uno nacionalista reformista, nada sospechoso de secesionismo, representado por el actual lehendakari Íñigo Urcullu y otros jóvenes ‘burukides’ (en castellano: herederos enchufados, nepotismo puro y duro); y otro, de corte (claramente) independentista, representado por el actual portavoz y número dos del EBB, Joseba Eguíbar, independentista desde su adolescencia, como Puigdemont, y que acompañó a éste en la gran concentración de Bruselas en apoyo al ‘president’ y los cuatro ‘consellers’ exiliados. La crisis, larvada durante los últimos años, ha estallado con motivo del ‘procés’ catalán (2012-2017).
La crisis ha implosionado por los pre-acuerdos Urcullu-Rajoy sobre los PGE-2018