Manuel Portero Ducet
Joaquín Sabina y su esposa Isabel Oliart, la relación duró poco tiempo. |
A raíz de la compra de BANIF por parte del Banco Hispano Americano, tuve ocasión de encontrarme con Alberto Oliart, a la sazón consejero director general de la entidad, a quien acompañaba en sus visitas a Barcelona el hoy divulgador científico Eduard Punset, en su calidad de director del Servicio de Estudios del Banco. No podía imaginarme en aquel tiempo que me encontrara frente a dos ministros in péctore. El paso de Oliart y Punset por la banca fue relativamente fugaz, al ser muy pronto requeridos para la política por Adolfo Suárez. Si tuviera que definir a Alberto Oliart en aquella etapa de su vida, diría que era un hombre desgraciadamente afortunado; la suerte le sonrió en dos ocasiones a través de la lotería, pero le fue cruel y esquiva en el ámbito familiar. Sus hijos Alberto y Antonio fallecieron en sendos accidentes. Su hija Isabel fue compañera en BANIF y disfruté de su cómplice amistad al compartir paisanaje. Era la responsable del departamento de arte de BANIF y, tal vez porque el arte no tiene fronteras, acabó compartiendo el pan y la sal con Joaquín Sabina.