Residente en Catalunya entre 1986 y 2004
(Historial en la pestaña de 'Redacción')
Como yo, miles de catalanes están en duermevela; duelen las piernas, pinzamientos de columna, sobre todo por lumbociáticas, pies llagados y llenos de ampollas; el cansancio es tan intenso que impide dormir por sobreexcitación muscular. A estas horas recordamos a los presos; dos años en prisión 17-19 por unos delitos que no son tales (estos días estoy leyendo 'El Conde de Montecristo' por enésima vez), pensamos en sus familias y las pruebas manifiestas de valor de esposas, padres e hijos de los 'prisioneros' (esta acepción es mucho más acertada que la de 'presos'). Vueltas y más vueltas en camas convencionales y/o en sencillas colchonetas de polideportivo municipal. Sensación de resentimiento (en muchos casos ya es sentimiento de odio, cuando menos rechazo) hacia los españoles que jalean a las 'Fuerzas del Desorden' para que nos hagan el mayor daño que sea posible; entre ellos, periodistas 'hijoputas' a quienes la manipulación de la información y la incitación al odio hacia catalanes y vascos les suponen pluses económicos y 'consideración' por parte de sus jefes de Redacción; también 'hijaputas', no se me vayan a olvidar, algunas de ellas se han formado en 'Crónica de Tribunales' (que así se decía antes) por vía vaginal. La UE acaba de denunciar, por primera vez en nuestra historia reciente, la descarada manipulación que están llevando a cabo los medios de comunicación españoles, en referencia al conflicto catalán. Y se compara - en el Consejo de Europa y por escrito - a España con Turquía. Pero quería hablar de los 'borrokas' catalanes (o de donde cojones hayan venido estos mierdas).
¡Qué decir de los pensionistas vascos y andaluces y su 'via crucis' al sol del norte y del sur!
