Yo era un adolescente cuando los Servicios Secretos USA mataron a Jhon F. Kennedy, presidente católico de los Estados Unidos de América, en connivencia con elementos destacados de la Mafia americana. El asesinato de JFK conmovió al mundo. Atravesaba la plaza de España (entonces se llamaba así) en Bilbao y observé que varios transeúntes se detenían en un escaparate donde había un televisor encendido. Entonces no había 'escaparatistas' y el mejor reclamo lo constituía un aparato de aquellos. Al acercarme escuché que habían disparado a Kennedy en Dallas (una ciudad que conocí años después); efectivamente, teníamos en pantalla, aunque muy borrosas, las imágenes del automóvil descapotable con el presidente abatido y su esposa muy abrazada a él. Creo que a bordo viajaba el gobernador de Texas Connally, también con su esposa.
